En el misterio de Lawliet...L&Tú

• Lazos •

El tiempo pasó tan rápido como agua que se desliza por una catarata, llegó el momento de hacer que las palabras se convirtieran en hechos.

Una semana antes de la fecha descrita por K en el cuaderno de la muerte, la boda se realizaría, como fue su petición la ceremonia sería de manera tradicional, aunque su unión era todo menos tradicional.

Con trajes completamente blancos y algunos adornos hechos con flores naturales empezó su día, como la costumbre dicta, en presencia de sus invitados más cercanos, a orillas de un riachuelo, ella lavó el cuerpo de sus prometidos, comenzó por su detective, dobló sus mangas y mojó con cautela sus manos y brazos, con una jícara pequeña mojó sus cabellos negros y limpió su rostro con ternura, se puso de rodillas y limpió sus pies, al terminar besó sus labios ahora "purificados", lo mismo hizo con su Shinigami, y ellos a su vez limpiaron a ella. Esta es una costumbre ancestral, se cree que antes de formar un hogar, los prometidos deben lavarse en cuerpo y alma, esto es simbolizado con este pequeño baño.

Al terminar este ritual, se dirigieron a la cabaña donde ella vivía, cambiaron sus ropas a unas más formales, ella con un traje tradicional, el detective con su traje formal y Shinigami con un aire más casual, pero respetando la cultura de su amada.

La ceremonia daría inicio al punto del mediodía, entre el bosque donde alguna vez Aizawa le acompañó, se encontraba un altar de semillas, flores e inciensos, a los alrededores petates donde se sentarían los invitados, abundante agua en jarras, así como botellas de mezcal, frutas y veladoras, ahí entre todos y con alegría se encontraban los enamorados.
Al ser una unión poco usual, ni las leyes humanas ni la iglesia concretaría está ceremonia, sin embargo K, había ayudado anteriormente a ceremonias similares y con esa confianza, el ritual comenzó.