Capitulo cuatro

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25 de Febrero de 2013


Mamá grita por teléfono y creo saber a quién le da sus palabras de muerte. Esto pasa cada veinte cinco de Febrero, el cumpleaños de mi abuela, la madre de mi padre y obvio al quien le grita es a Hillary, la hija adoptiva de mi abuela. No entiendo por qué discuten estas dos, aun cuando mi madre tiene 48 años y Hillary 27 años, estas dos se llevan de maravilla. De seguro es por mi papá.


Después de que mi padre se fue, Hillary consoló a mi madre cuando yo estaba tomándolo por otro lado. Desde ahi esas dos son como dos gotas de agua, no se separan ni por cosas tan estúpidas. Si mi madre discute con Hillary es por papá, ella debe de saber que papá ira al cumpleaños de su madre.


Harta de escuchar a mi madre discutir, me levanto de mi asiento y recojo mi bolso. En este momento no quiero escuchar a mi madre decirle las palabras a mi tía, Hillary. No me importa que sea mi padre, él se fue de mi lado dejándome sola con mi sufrimiento y el de mi madre, nos dejó solas a las dos. Entiendo a mi madre por qué no quiere verlos.


Saco mi celular del bolsillo de mi pantalón de atrás. Veo el mensaje de Corey y me quiero reír de inmediato, este chico sí que sabe cómo hacer reír a los demás.

 

¡Arriba los homosexuales! Estoy en una sesión para apoyar a los homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales. Adivina a quien vi aquí, a mi hermanooooooooooooo!!!! Ustedes dos seria excelente pareja.

 

Pdt: Hay una chica rubia que no me quita el ojo.

 

Pdt1: Me dijo Holaaaaaaaaa.

 

Pdt2: ¡Vi a una mexicanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Deséame suerte. Ah y hazte un

Twitter & Instagram, pls.


Pienso en la respuesta para contestarle pero no sé qué decirle, cierro la puerta detrás de mí y me subo al Jeep rojo que mi madre me compro hace dos años para ir a la universidad. En Seattle los días son húmedos, pero refrescantes aun cuando hay sol, el día es fresco y hermoso. El señor del clima dijo que no llovería, esperemos que sea verdad.


Antes de arrancar, el celular vuelve a pitar y casi quiero arrojarlo al mar pero no lo hago por dos razones, 1) no tengo dinero para otro celular y mi madre no me querrá comprar otro, y 2) no me gusta ir al muelle. Así que con una enorme presión en mi pecho abro el mensaje, que al parecer es de mi tía Rita, ella de alguna manera le gusta recodarme lo que tengo que hacer y lo que debo decir en cada momento.

 

Tu padre te ha estado buscando, tu abuela le dijo que no vendrías. Tienes que venir, Whitney. R.


En ocasiones quiero recodarle que tengo diecinueve años y que puedo tomar mis decisiones, ella no puede decirme lo que debo o no debo de hacer. La odio por su culpa mi familia se destruyó, por su culpa mi madre no tolera hablar ni ver a mi padre. La odio porque se cree mi mama. Y la detesto por quererme hacer perfecta.


Joder, soy humano no un robot. Con toda la rabia encima escribo rápidamente.

 

Pequeña Mentira #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora