Capítulo quince.

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17 de Mayo de 2013.

Estoy camino al médico con Colín a mi lado, y un hombre apodado, Rocky, que es el guarda espalda de Colín. No sé por qué se toma la seguridad tan... ¿serio? No hay personas en el consultorio pero aun así el insistió en llevar a Rocky, por si algo pasaba.

— ¿Estás segura de que quieres hacer esto? Podemos esperar un poco de tiempo —murmura Colín, pasa un brazo por mi cintura apegándome más a su cuerpo.

Abro la boca para contestarle pero me veo interrumpida por el médico, quien ha salido a recibirnos. Colín lo mira desaprobatoriamente, ya que es un hombre el que me recibirá en lugar de una mujer. Quiero reírme, solo a él se le ocurre desaprobar un médico del sexo masculino.

—Buenos días, Sr. y Sra. Findlay —nos saluda el doctor.

Colín sonríe ante la mención de la palabra Sra. Findlay. Ruedo los ojos, solo a él se le ocurre ponerse feliz por eso pero así es Colín.

—Me gusta como eso suena, señora Findlay —susurra en mi oído, enviándome escalofríos por todo el lugar.

Dios, ten piedad de mí.

Suelto una risita, niego con la cabeza y contesto en un murmuro: —Deja de jugar conmigo.

Ahora fue su turno de reír por lo bajo, me pego a su delgado y fuerte cuerpo y me jalo, prácticamente me jalo, hacia la entrada del consultorio del Doctor Hood.

—Sr. Y Sra. Findlay tomen asiento por favor —pide amablemente el Doctor.

Tomamos asiento enfrente del escritorio del doctor. Me pongo a ver el consultorio, es igual al de los demás. Esta decorado en las paredes por reconocimientos, una pared llena de ellos, en el medio de la esquina los separa con una cortina azul es ahí donde se encuentra una camilla con algunos aparatos. En su escritorio solo se encuentra pocas cosas, un portarretrato de una hermosa chica con él y papeles de pacientes.

—He recibido tu llamada pero no me especificaste muy bien de que era la cita, perdón si estoy perdido —se disculpa el doctor, junta sus manos encima de la mesa mientras me mira.

Le doy una sonrisa amable mientras sostengo la mano de Colín, le doy un suave apretón a esta.

—Estoy embarazada y vengo a hacerme un ultrasonido —le respondo.

El doctor me mira un poco sorprendido, claro él no se esperaba a que yo dijera eso. Creo que nadie se esperaba que yo dijera eso algún día, estaba claro que muchos pensaban que yo no iba a tener hijos pero mírenme aquí, estoy en un consultorio donde el doctor no debe estar sorprendido pero aun así lo está.

—No debe sorprenderse, me imagino que a diario usted recibe visitas de muchas pacientes embarazadas —le digo, le doy una leve sonrisa.

El doctor Hood asiente con la cabeza, se pone a buscar en los papeles de su escritorio sobre mi expediente. Cuando lo encuentra sonríe, apunta con un lápiz algo en la hoja y luego en una libreta, se levanta de su asiento y la inclina hacia un lado. Claro, ahora viéndolo un poco mejor sé porque Colín tiene celos de él. ¡El doctor Hood no pasa de los treinta y tanto! Nunca le di un vistazo, ¿cómo vas a ver a un hombre guapo cuando estas alado de uno que es muy sexy?

Me levanto de la silla, suelto la mano de Colín para caminar hacia la camilla. Me siento nerviosa, es la primera vez que vengo a verlo ni siquiera en el primer vine por miedo, ahora me encuentro aquí junto a Colín para ver a mi bebé.

—Acostada hacia arriba, Whitney —dice el doctor Hood.

—Lo sé —me quejo, suspiro cuando veo que me ha alzado la blusa solo hasta el vientre, y que ha bajado solo un poco el pantalón. Está bien, no me gusta mucho que las personas me toquen. Le doy una sonrisa nerviosa al doctor. —. ¿De casualidad su madre no le puso Robín?

Colín está a mi lado, mirando con un ceño profundo al doctor Hood. El doctor ríe; él es un hombre muy guapo gracias a que sus rasgos duros, cabello dorado, ojos mieles y alto. Tiene un buen cuerpo, puedo deducir que no ha llegado a los treinta años de edad. El doctor Robín coloca algo frio en mi vientre, me sobresalto pero me calma diciendo que para poder ver bien al bebé.


—El padre de mi madre se llamaba Robín Schacrowiz e irónicamente mi padre se llama Maxwell Hood, así que me llamo Robín Maxwell Hood —me explica, se sienta en una silla metálica en forma de circulo. —. Ahora dime, ¿cuándo fue que te enteraste que estabas embarazada?

—El veinte cuatro de Enero.


—Bien, ¿el señor Findlay es el papá? —dice el doctor Hood sin darse cuenta de que mi cuerpo se ha tensado ante la mención del papá de mi bebé.


— ¿Quién más iba hacer el papá, Doctor Hood? —le pregunta Colín, para nada amigable.

El doctor Hood se da cuenta de la tonta pregunta que ha hecho, el calor se sube por sus mejillas dándole un leve sonrojo. Me rio en mi interior, al parecer nunca le ha pasado algo igual. —Lo siento señor Findlay pero es que las mujeres que he atendido, o han venido sola o acompañadas de sus padres y amigos. Me disculpo por mi pregunta algo estúpida.

—No se preocupe, doctor Hood —le doy una sonrisa amistosa.

Pequeña Mentira #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora