Pequeña Mentira #1

Capitulo veinte y seis.

30 de Agosto de 2013.

Ahí está él, mirándonos desde su puesto mientras el juez levanta la sesión. Tessa me hace levantarme, no mira hacia Zeev, de hecho no mira hacia ninguna parte y creo que es por temor a que Zeev vea que está débil.

Zeev me sigue con la mirada, salgo de la sala y acompaño a Tessa al baño más cercano, ella se mete a un cubículo para sacar todo. Sé cómo se siente ella, sé que para ella no es nada fácil estar en la misma sala qué su agresor. Aun cuando ella va a terapia, sabía que ver a Zevv sin sentirse segura no era buena idea.

Zeev había sido denunciado por Tessa y por mí, esperaba que el juez le diera muchos años, aunque sabía que no le darían mucho. Él se lo merecía, había golpeado a mi amiga casi hasta la muerte.

Ver a Zeev Clayton fue para darme cuenta de que nunca estuve enamorada de él, que fue un capricho de mi vida y que tal vez solo lo utilicé para olvidarme de Jesse. Y verlo ahí me hizo darme cuenta que Zeev era un monstruo, cuando no tenía lo que quería hacía daño a las personas; personas inocentes qué no tienen nada que ver.

Tessa sale del cubículo, su piel se ve pálida y sus ojos algo triste. Ata su cabello, camina hacia el lava manos para lavar su boca y sus manos. Por un momento veo como se queda viendo su reflejo en el baño, luego niega la cabeza y me mira.

Tessa no sonríe, su rostro está lleno cansancio. Sé que ella quiere acabar esto.

—No lo condenaron a muchos años —murmuró.

—Lo harán, el abogado lo pidió —digo, sé que mis palabras no harán mucho efecto en ella.

—No es eso lo que me preocupa realmente, Whitney —suspira, lleva sus manos a su rostro. Algo está mal. —. Corey no vino, él dijo que vendría apoyarme y no lo hizo.

—Tal vez estaba ocupado.

—No sé porque siento esto, es difícil cada vez más de ocultar.

— ¿Qué pasa, Tessa? Háblame.

Tessa me mira a los ojos, sus ojos están reteniendo lágrimas y sé que me dirá qué haga querer cometer un asesinato.

—Me enamoré de Corey —confiesa—, sé que no debí hacerlo pero él tiene algo. Simplemente sucedió.

— ¿Él lo sabe? —pregunto.

¿Tessa sabe que Corey está teniendo citas? Quizás por eso es que la está teniendo, él nunca obtiene citas al menos que quiera desilusionar a alguien.

Mierda, Corey.

—No se lo he dicho, creo que nunca seré capaz de decírselo —dice —. Sé que él se acostó con alguien hace unas semanas atrás, también sé que está teniendo citas.

—Lo que hace esto jodido.

Tessa niega con la cabeza, vuelve a suspirar y se apoya a una pared cercana. Me observa.

—No quiero llorar.

—Puedes hacerlo.

—El problema es que no puedo, no quiero sentirme débil y llorar por un chico que no te corresponde; es tan estúpido. No quiero ser una de esas chicas que quieren a un chico que nunca podrá estar con ellas, no quiero llorar por algo que no va suceder.

— ¿Qué quieres Tessa?

—Quiero que Zeev pague por lo que ha hecho.

—No me refiero a eso —digo, camino hacia ella. —. ¿Qué quieres?