Capítulo 25

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Hola!

Ya me está gustando decirles algo corto por aquí, así que creo que lo haré un poco más seguido, pero no demasiado.

Bueno, al grano.

Les dejo este cap, espero que les guste. He estado escribiendo más ultimamente -hace un baile exotico- jaja okay no. Bueno estoy feliz de volver escribir y bueno... eso. Si alguien lee algo más mío (y espero que haya alguien T.T) esten al tanto de mis demás trabajos porque he estado actualizando más seguido.

Eso, es todo, los quiero.

Atte. Ari.

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En tan solo cinco días mi ánimo cambió por completo, aunque en realidad no sé si es porque he estado tan alejada de todo. O por estar a solas con Asaiah.

Ya entiendo a lo que se refiere cuando dice que soy su cura. Yo lo hago sentir distinto. Y él a mí. Estos últimos días él se ha vuelto mi cura perfecta o tal vez mi droga preferida.

Sus besos, sus caricias, sus manos, sus ojos, todo su cuerpo. Todo él. Todo lo que se repite cada noche con mayor intensidad que la anterior, cada vez mejor.

He hablado con mi madre cada noche sin falta. No me gusta no haberme podido despedir de ella apropiadamente y sé que ella está pasando un mal momento al no saber mucho de mí. Tampoco quiero que sepa todo lo de este asunto, no quiero mortificarla aún más de lo que de por sí ya he hecho. Ella me entiende pero hasta cierto punto, la conozco lo suficiente para saber que está preocupada y que se siente imponente al no poder hacer algo por nosotros, algo por mí.  No sabe mucho acerca de la búsqueda de la pandilla por parte de la policía, así que yo tampoco.

Fuera de las llamadas con mi madre no hemos tenido contacto con nadie de la ciudad. Ni siquiera con Trevor o con Clarisa.

Por otro lado, por mucho que ame estar a solas con Asaiah extraño mi vida allá. Extraño a Clarisa, a Trevor, a mi perra y por supuesto a mi madre. Creo que hasta extraño a Lexie. Extraño cuando la existencia de Lexie era el más mínimo de mis problemas. Incluso extraño hasta Austin.

No me gusta pensar en todo lo que he dejado atrás por Asaiah. Me asusta incluso pensar en todo lo que soy capaz de dejar por él.

-¡Oye! –Asaiah me distrae de mis pensamientos nostálgicos y se acerca nadando. -¿En qué tanto piensas? –Acomoda sus brazos en la orilla de la piscina y sus manos rozan mis piernas. Yo solo tengo las piernas dentro del agua.

-En cosas. –Respondo fingiendo una sonrisa.

-¿Qué cosas?

-Cosas. –Él sonríe un poco y me besa la rodilla.

-¿No vas a decirme?

-No. –Comento divertida.

-¿Por qué no?

-Porque no.

-¿Al menos podrías entrar conmigo?

-No.

-¿Por qué no?

-El agua está fría.

-Aja. –Rápidamente pone sus manos en mis caderas y tira de mí. El agua choca con mi cuerpo y siento escalofríos por la temperatura. Trato de zafarme de sus manos pero él me abraza y se tira hacia atrás, hundiéndonos a ambos en el agua fría. Al salir a la superficie él se carcajea y yo le golpeo la nuca.

Demonio (secuela de Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora