-Tenemos que irnos. Ahora.
Miro a Trevor. Luce confundido pero eso ahora no es lo importante. Alzo mi barbilla y aprieto los dientes mientras me contengo para no llorar. Me siento tan impotente y me duele aún más que Asaiah crea que tenga que resolver todo solo. Cuando no está solo, me tiene a mí y siempre me tendrá.
Camino a toda velocidad hacia la puerta y llego al auto antes de lo que me imaginaba, no tenía idea de lo rápido que estaba corriendo. Trevor llega detrás de mí y no pierde el tiempo para subir al asiento del conductor. Enciende el auto y salimos a toda velocidad.
-Dijiste que Jackson estaba en el Kill Jam, ¿no?
-Así es.
-Bien, vamos para allá. –Trevor frena de repente y un auto que estaba detrás de nosotros comienza a pitar. -¿Qué haces? ¡Avanza!
-No voy a llevarte ahí ahora. Es peligroso.
-¡No me importa! –Lo digo casi gritando. Siento un enorme vacío en mi estómago y puedo sentir como me hierve la sangre. El corazón se me sube a la garganta y lo quiero vomitar. -¡Ahí está Asaiah, joder! ¡No lo pienso dejar solo! –Trevor arquea una ceja. Mierda. Dije su nombre. -¡Si, así se llama! ¡Y arranca, maldita sea!
-Christina, no...
-Bien, iré yo sola.
Bajo del auto y no me molesto en absoluto en cerrar la puerta. Comienzo a correr hacia la derecha, aun pensando que hacer y aun pensando que lo que acabo de hacer es una estupidez. Tal vez puedo regresar al departamento de Trevor y tomar el auto de Clarisa, no, pésima idea. Corro por las calles por varios minutos más, aun pensando en que hacer.
Siento mi alma desplomarse al suelo. No quiero sentirme así de impotente. Sé que puedo hacer algo. No puedo dejar a Asaiah solo. No ahora. Jamás.
-¡Christina! –Me vuelvo en redondo cuando escucho la voz de Trevor nuevamente. Conduce hasta acercarse lo suficiente a mí como para que no sea necesario hablar a gritos. –La policía está afuera. Oyeron disparos.
Mierda.
-Saben que... que Sat está adentro.
Mierda.
-Saben que esta con Jackson.
Mierda, mierda, mierda.
-Sube, te llevaré.
Corro para entrar al auto de Trevor y ni siquiera le tomo importancia a ponerme el cinturón de seguridad. Siento como se me acelera el corazón. Mis manos tiemblan y mis dientes crujen de tanto apretarlos. Siento, incluso que Trevor no va lo suficientemente rápido. Todo me da vueltas, todo va demasiado lento.
Todo es una pesadilla.
Es un torbellino.
Es un maldito huracán y me estoy cayendo.
El ruido de las sirenas me devuelve a la vida. Hay autos policiacos por todos lados. Atiborran ambos lados de las calles y se nos dificulta pasar, hasta que llegamos a un punto ciego. Todo está cerrado y aun así no estamos lo suficientemente cerca del depósito.
Ambos nos bajamos del auto y caminamos hacia el cinturón de patrullas. Una mujer uniformada sale de uno de los coches y se dirige rápidamente hacia nosotros.
-Disculpen, pero no pueden pasar.
Yo no puedo hablar.
-¿Qué pasa?
-Hay una pandilla que tiene de rehén en un edificio.
Asaiah no es ningún rehén. Llegó allá adentro por su propia cuenta.
-¿Y los disparos?
-No estamos seguros. Y no puedo darle más información.
¡Es Asaiah quien está allá adentro!
-¿Cómo que no puede darnos información? –Grito. La mujer policía me mira y frunce el ceño. Claramente tiene muchos más problemas que lidiar para perder su tiempo y estar discutiendo conmigo.
-No puedo darle información si usted no es familiar directo de alguien que este allá adentro.
-¡Mi novio está allá adentro! –Vuelvo a gritar. -¡No tiene familia! ¡Soy lo único que tiene, joder! –La mujer me mira desde arriba, incluso con desprecio en su mirada. Me da asco.
-No están casados, ¿cierto? –Pareciera como si se estuviera burlando. Me dan ganas de escupirle en la cara.
-Estamos comprometidos. –Suelto sin más.
Eso ni siquiera es cierto. O bueno, no es tan cierto. Cuando salgamos de esto, porque vamos a salir de esto y todo va a estar bien, voy a casarme con él.
-Lo siento, señorita. Aun así no puedo decirle nada.
-Este es un maldito sistema de mierda. –Ahora es mi turno de hablar con desprecio. –Quédese haciendo su jodido papeleo. –Doy media vuelta y comienzo a caminar hacia el auto. –Trevor, vámonos. –Entro al coche y no pasa mucho más para que Trevor también lo haga y encienda el carro.
-¿Christina?
-¿Qué?
-¿Es cierto?
-¿Qué?
-¿Te vas a casar con él?
-Ahora sí.
-Ah.
-Ve por allí. –Señalo una calle a la izquierda y él me obedece. –Estaciona aquí el auto. –Se detiene no mucho más lejos de donde nos encontramos y apaga el motor. -¿Podrías darme una de las pistolas, por favor?
-¿Para que la quieres? –Pregunta confundido.
-¡Dame la jodida pistola, Trevor! –Él me mira y niega la cabeza. -¡Mierda! –Grito y le doy un golpe al tablero del auto. Me siento tan desesperada que ese golpe no funciona de nada más que para empeorar como me siento ahora. Pero tengo que pensar. Hundo mi cabeza entre mis piernas y cubro mi cabeza con ambas manos.
Piensa, Christina. Piensa.
Piensa, maldita sea. Piensa.
El Kill Jam está a unas calles de aquí. Estamos en el peor distrito de la ciudad, conocido por su delincuencia. Aquí dentro es como estar en otro mundo, un submundo, el cual todas las personas que viven a las afueras, en esas enormes casas que están en la colina, ignoran o prefieren pretender que no existen y dejar que la gente de aquí se mate entre sí. Que se exterminen. Los ven como si fueran una maldita plaga que debe de exterminarse.
Todo está conectado, pareciera que este barrio tuviera vida propia y que los callejones, sirven como un intricado sistema nervioso.
Eso es. Los callejones.
Estoy segura que si me meto por los callejones correctos podré entrar al depósito. Por ahí, por donde Asaiah me llevo la primera vez.
Me reincorporo y me acomodo el cabello de nuevo, haciéndome una coleta muy apretada. Miro a Trevor y muerdo mi labio inferior antes de reunir el valor suficiente como para hablar.
-¿Has estado en el barrio antes?
-Sí, ¿por qué?
-¿Conoces los callejones?
-La mayoría.
-Si te pido que me acompañes, ¿lo harías?
-No pienso dejarte sola. No justo ahora.
-Bien. –Asiento. –Voy a necesitar tu ayuda, entonces.
-¿Para qué?
-Voy a ir al Kill Jam. Y voy a sacar a Sat de ahí adentro.
![](https://img.wattpad.com/cover/16549137-288-k436023.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Demonio (secuela de Bestia)
Roman pour AdolescentsDespués de todo, Christina trata de seguir adelante. Aunque para ella sea imposible olvidar lo que pasó antes, imposible de olvidar a quien conoció y de quien se enamoró profundamente. Olvidar el dolor causado por una sorpresa que no se esperaba. P...