Capítulo 15

13.2K 811 11
                                    

Me he resignado al colchón asqueroso en el que llevo confinada un tiempo. No sé cuánto.

¿Horas?

¿Días?

Quiero llorar y poder dejar que estas emociones fluyan pero la verdad es que me he quedado seca. He drenado cada lágrima de mi sistema.

Las manos me duelen por las heridas que me hice por golpear repetidamente la puerta y la verdad que lo único que trato de concentrarme es en ese dolor, para no sentir nada más.

Aunque es imposible.

Por la habitación se arrastra un frio tremendo que me hiela los huesos y apenas puedo respirar. A penas puedo pensar. A penas puedo vivir.

A pesar de todo el estómago me ruge peor que un león y muero de hambre y claro que también de sed. Pero aquí he perdido la noción de tiempo y sospecho que llevo varias horas como para tener el hambre que tengo.

Las yemas de mis dedos están manchadas de maquillaje y pienso que mi cabello debe de estar pareciendo a un estropajo mugriento pero ahora no me importa eso en lo absoluto.

A pesar de la tremenda hambre que me traigo el estómago lo tengo revuelto y quiero vomitar. La cabeza me duele y me siento vencida.

Me siento sola.

Me siento desesperada.

Deseo que esto fuera una mala pesadilla.

Es una pesadilla.

La peor.

A pesar de todo el estómago me ruge peor que un león y muero de hambre y claro que también de sed. Pero aquí he perdido la noción de tiempo y sospecho que llevo varias horas como para tener el hambre que tengo.

Oigo como se abre la puerta pero no me molesto en ver.

-¿Chica? –Una mujer dice con cierto tono dulce. -¿Tienes hambre?

Alzo la cabeza y me encuentro con una mujer bajita y rechoncha con el cabello canoso. Lleva un plato en una mano y un vaso en otra.

-¿Qué es eso? –Pregunto.

-Comida.

-¿Tiene algo?

-No, ¿tienes hambre?

-Sí.

La mujer me tiende el plato de cartón y miro un triste sándwich ahí. Mi estómago ruge y me lo devoro en casi un segundo.

-Come, cariño. –La mujer tiene una voz dulce y me reconforta. –Tú tranquila.

Al terminar mi sándwich me limpio la boca con el dorso de la mano y todavía saboreo el pan con mi lengua. La mujer me ofrece el vaso y hecho un vistazo adentro, es solo agua.

-Entiendo que quiera que no tengas todas tus fuerzas. –Dice mientras me bebo el agua. –Pero no es justo que te quieran matar de hambre.

-Tal vez eso es lo que quieren. –Junto el plato y el vaso y se los tiendo.

-No, claro que no. –Toma los platos y me mira con tristeza. –No te tocará ni un pelo.

-¿Por qué lo dices?

-Porque se lo que le hace a las chicas cuando las trae y a ti no te trajo para eso.

-¿Para qué me trajo?

-Para negociar.

-Yo no soy un producto con el que pueda contar.

-Lo sé. –Aprieta sus labios reprimiendo una sonrisa condescendiente. –No estoy de acuerdo con lo que él hace, pero no puedo hacer nada. –Se mira las cutículas un momento. –Pero estarás bien, lo sé.

-¿Cómo lo sabe? –Arqueo las cejas.

-Porque yo conozco a Jackson mejor que nadie.

-¿Por qué?

-Yo lo crié.

-¿Es su madre?

-No. –Frunce los labios. –Ahora basta de preguntas estúpidas.

*******

El tiempo no parece pasar haya dentro.

Las luces están siempre prendidas y tiene un horrible olor a humedad que me revuelve aún más el estómago.

No dejo de pensar en lo que pasará dentro de poco.

No sé a qué hora será, pero sé que será dentro de poco.

Lo cierto es que Asaiah dará su vida por mí.

¿Habrá una forma en la que yo pueda pagarle ese tremendo sacrificio?

No puedo dejar de pensar en eso.

No puedo dejar de pensar en él.

No puedo imaginar un mundo sin él.

Y pensar que hace unos meses yo quería alejarme de él y evitarlo a toda costa. Pero ahora terminé profundamente enamorada del chico rebelde, del malo, del que todas las chicas querían.

Pero el decidió tenerme a mí.

No sé cómo es que llegue a la situación de enamorarme tanto de alguien. Él es algo indispensable en mi vida ya, tanto como el mismísimo oxígeno. Así que, ¿Qué pasará cuando ese oxígeno termine?

No tengo ni la más mínima idea de cómo pueda estar mi madre. Pero lo que es seguro es que debe de estar muerta de miedo, preocupada y no sé cuántas emociones tenga mezcladas ahora.

Me arrastro por el colchón y me siento en el suelo, rodeando mis piernas con ambos brazos y hundo mi cabeza entre mis rodillas pensando que comenzaré a llorar pero no lo hago.

No lloro.

Estoy seca.

Estoy hueca.

Y algo dentro de mí se rompe a cada segundo que pasa.

Cada minuto que pasa algo dentro de mí se destruye.

Y me quedo sin nada.

No es justo que le hayan hecho esto a Asaiah.

Su hermano mayor tomó sus propias decisiones y no tuvieron por qué afectarlo a él. Pero lo hicieron.

Al morir su hermano, Asaiah heredó una deuda. Lo cual me parece estúpido, ningún niño debe de morir con una deuda. Pero de cierto modo entiendo porque su hermano hizo lo que hizo.

Lo hizo porque pensó que ellos podrían proteger a Asaiah y a su madre. Su hermano mayor, Gabriel decidió involucrarse con una pandilla solo para mantener a su familia segura y que no pasaran lo que pasaron antes.

Pero lo que pasó después fue algo peor. Muchísimo peor.

A veces me pregunto cómo es que Asaiah es capaz de sobrellevar toda es carga, todos esos traumas familiares que vivió. No tuvo infancia y tuvo que madurar rápido y convertirse en hombre cuando lo único que tenía que hacer era jugar baloncesto o futbol con sus amigos.

No creo que nadie se pueda sobreponer jamás a algo como eso. Ese tipo de cosas te marcan de por vida y los llevas en el corazón, en el alma.

Sus tatuajes no se comparan a las horribles marcas que tiene en su vida.

Él se hace el duro y malo para demostrar todo lo contrario. Sé que por dentro se siente débil, se siente ese niño pequeño que estaba solo y no podía hacer nada.

Pero no lo es.

Él es un hombre imponente que es capaz de lo que sea si se lo propone. Pero también es un hombre con corazón y sentimientos, todo lo contrario a lo que aparenta.

Por eso reprime sus sentimientos. Lo hace para que no puedan herirlo de nuevo.

Oh, mi pobre Asaiah.

Y lo peor es que no le podré despedirme de él.

¿O sí?

Demonio (secuela de Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora