El coche de Trevor tiene una vibración constante mientras avanzamos. Lo miro constantemente de reojo mientras avanzamos por el camino.
La noche cayó rápidamente sobre nosotros al igual que las estrellas y el frío. Los vidrios de las ventanas ya estaban bastante empañados para cuando llegamos a mi casa.
Al salir del coche siento una corriente de aire tan frío que prácticamente me cala los huesos. Me cubro con mis propios brazos.
-¿Tienes frío? –Me preguntó Trevor.
-¿No es obvio? –Dije con sarcasmo.
-Okay, ¿me invitarás a pasar?
-Sí, claro pasa.
Caminamos el poco tramo desde su coche hasta la entrada. Al entrar mi madre estaba en la sala mirando la televisión.
-Hola mamá. –La salude.
-Hola, chicos. –Nos dijo sin dejar de mirar su programa.
Subí las escaleras sin mirar atrás para asegurarme de que Trevor me estuviera siguiendo, porque sus pisadas eran bastante fuertes y se podían oír perfectamente. Subí las escaleras hasta mi cuarto y después de que él entrara cerré la puerta.
-Nunca había entrado en tu habitación. –Dice divertido.
-No, nunca habías tenido el placer –Bromeo.
Me quedo parada mirando a sus ojos azules. Antes de darme cuenta él se me arrojó encima, tomándome de la mejilla y uniendo nuestros labios.
Me quedo inmóvil al contacto. Tengo los ojos y los puños bien apretados. Siento el calor de sus brazos envolviéndome. Poco a poco mi cuerpo cedé y le corresponde. Me dejo llevar. Camino hacia atrás siendo empujada por él hasta que termino recostada sobre mi cama.
Abro los ojos y veo su piel apiñonada. Lo veo, veo a Asaiah. Su cicatriz y su cabello alborotado. Se me sale una lágrima y lo envuelvo en mis brazos. Lo he extrañado mucho y ahora está conmigo. Me siento como en casa y cierro los ojos.
Siento una punzada de ardor justo debajo de mi corazón. Abrí de nuevo los ojos y mi mente dio un vuelco. El cabello oscuro y apiñado que había visto antes volvió a la normalidad, volvió a su color rubio.
Mierda, es una ilusión. No es Asaiah, es Trevor.
Me removí y logré separarme. Trevor se sentó al lado mío y me miró con ojos tristes.
-Lo siento Christina.
No respondí. Me quedé mirando al suelo mientras me frotaba las orejas con los puños. El estómago se me revuelve de asco. Pero me doy asco yo misma.
-Christina mírame. –Me dijo en un susurro, pero la bastante fuerte como para que pudiera oírlo sin problema. Levanté mi cara y lo miré a los ojos -¿Qué sucede?
-No estoy lista –Susurro.
-¿Cuándo le estarás? –Dice con cierta agresividad. –Christina, han pasado ya más de tres meses.
-No puedes olvidar a alguien en tres meses. –Me defiendo.
-Christina, él te olvido desde hace mucho tiempo.
Al oír esas palabras mi corazón se retuerce como lo ha hecho desde hace unos meses con cada recuerdo que tengo de él.
-Trevor… -Jadeo –Por favor, podrías irte de mi casa.
-¿Me estas corriendo? –Dice ofendido. Lo miro a los ojos y la ira comienza a inundarme.
-Te estoy pidiendo de la forma más correcta que puedo que te vayas de mi casa.
ESTÁS LEYENDO
Demonio (secuela de Bestia)
Ficção AdolescenteDespués de todo, Christina trata de seguir adelante. Aunque para ella sea imposible olvidar lo que pasó antes, imposible de olvidar a quien conoció y de quien se enamoró profundamente. Olvidar el dolor causado por una sorpresa que no se esperaba. P...