No hay nada mejor que estar en tu casa arropada en tu cama, mirando la televisión y bebiendo un chocolate caliente refugiándote del frio en tus cómodas cobijas.
El problema es que no estoy arropada en mi cama bebiendo un chocolate caliente ni viendo televisión. Ni siquiera estoy en mi casa.
Estoy en mi auto esperando a que Clarisa y su novio acaben de pasar todos los condenados adornos del día de brujas.
Fue imposible convencer a mi madre que no hicieran la fiesta en la casa. Clarisa fue demasiado lejos esta vez y algún día me las pagará.
Es jueves y mañana es la estúpida fiesta. Todavía tengo que encontrar un disfraz para la fiesta.
Asaiah está enterado de esto y tampoco le agrada la idea. Dice que puede ser peligroso. Pero yo no creo eso, simplemente odio la idea de tener una fiesta en mi casa.
Oigo como alguien me toca la ventanilla y me giro, es Austin. Bajo la ventanilla y echa un vistazo adentro.
-Hemos terminado. –Dice.
-Okey, ¿Nos alcanzas en mi casa?
-Sí, llevo a Clari porque no creo que quepa aquí.
-Bueno, nos vemos allá. –Austin se va y cierro de nuevo el cristal.
Es cierto, no hay manera en la que Clarisa entre al coche. La cajuela esta que explota, los asientos traseros están llenos de cajas sucias y el asiento del copiloto está repleto de adornos.
Oh, mi pobre bebé. ¿Cómo pude dejar que lo sobrecargaran tanto? Soy una pésima madre.
Arranco el coche y oigo como Austin arranca el suyo detrás. Es una Ford pick-up de último modelo color plateado.
Como Austin no conoce mi casa yo tengo que mostrarle el camino y él va a seguirme hasta allá.
Trevor llegará un poco más tarde para ayudar a poner los adornos a la casa.
Aun no me acostumbro a ese tipo de vida fiestero que se supone todos los adolescentes llevan. El viernes pasado hubo una fiesta y este viernes habrá otra.
Todos se han enterado de la fiesta de noche de brujas. Y todos hablan de que va a ser en mi casa.
Oh, madre. ¿Qué ideas te habrá metido Clarisa en la cabeza para que aceptaras?
Asaiah no vendrá hoy para evitar encontrarse con Trevor y causar un alboroto. Mañana vendrá y se supone estará conmigo para protegerme.
Entiendo que quiera cuidarme sobre todo con ese delicado tema de la pandilla, pero sé cuidarme sola. No necesito de un guardaespaldas encima de mí todo el tiempo. Pero aunque bueno, tratando de Asaiah…
Llegamos rápidamente a mi terreno.
El terreno de mi casa casi siempre es árido pero en esta época del año el pasto es amarillo y hay neblina por el suelo, haciendo así el escenario perfecto de una película de terror.
Mi madre ha comenzado a limpiar toda la casa y ahora nos espera con el garaje abierto.
Me estaciono enfrente del garaje abierto y Austin deja su camioneta detrás de mi coche. Ambos salimos y mi madre corre a recibirnos.
-Tú debes de ser Austin. –Comienza mi madre.
-Sí, señora soy yo. –Se dan la mano. –Clari me ha contado que usted es como una segunda madre.
-No lo soy. –Puedo ver como se sonroja, ¿En serio mamá? ¿En serio? –Soy más la tía.
-Hola, Kate. –La saluda de beso Clarisa. Ruedo los ojos.

ESTÁS LEYENDO
Demonio (secuela de Bestia)
Fiksi RemajaDespués de todo, Christina trata de seguir adelante. Aunque para ella sea imposible olvidar lo que pasó antes, imposible de olvidar a quien conoció y de quien se enamoró profundamente. Olvidar el dolor causado por una sorpresa que no se esperaba. P...