Capítulo 28

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HOLA LE STENGO UN AVISO IMPORTANTE JE

Bueno primero que nada gracias por leerme. Los amo a todos por apoyarme siempre.

Bueno, quería decir que he empezado un canal en youtube para hablar de libros y bueno si quieren verlo (esta aun todo feo porque soy nueva y bueno espero mejorar con el tiempo,) les dejaré el link abajo.

Eso es todo. Muchas gracias :)

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Un ruido me despierta y me provoca dar un brinco en mi asiento. Trevor y yo despertamos aturdidos y después localizo el origen del sonido. A una enfermera se le ha caído una tabla con varios instrumentos en pequeñas bolsas y los está recogiendo del suelo.

Inmediatamente miro a Asaiah pero ni se inmutó por el sonido y ni siquiera me pasa por la cabeza que haya dormido algo. Tiene la vista aun pegada a la mesita de café que está en medio de nosotros.

-Mmm, ¿Sat? -Lo llamo pero él no responde.

Me pongo de pie y voy a la pequeña máquina expendedora de café y compro un vaso de café americano. Mientras estoy parada tomando mi café miro un pequeño reloj que está pegado a una pared. Son las diez de la mañana. He dormido más de lo que había imaginado. Al acabar mi café regreso a sentarme con Trevor.

-Oye. -Le digo.

-¿Qué pasa? -Él me mira con ojos cansados.

-Deberías ir a casa a descansar. -Él se queda callado, pensando. -Vamos, estaré bien. Yo lo estaré vigilando. De todas formas no creo que haga nada.

-Lo sé. -Suelta un suspiro. -¿Segura?

-Sí, si necesito algo te llamo. -Finjo una sonrisa.

-¿Segura que estarás bien? -Insiste.

-Cien por ciento segura. Ahora ve a tu casa, toma un buen baño y duerme un poco. -Él sonríe y asiente.

-De acuerdo. -Se pone de pie y me sacude un poco el pelo.

-Adiós, Chris.

-Adiós. -Miro de nuevo a Asaiah pero no se ha movido ni un centímetro. Me pongo de pie y miro a Trevor. - ¡Oye! -Lo llamo antes de que desaparezca de mi vista. Él me mira arqueando una ceja. -Gracias por todo. -Me sonríe de vuelta, asiente y se aleja.

Suelto aire y miro de nuevo a Asaiah. Camino hacia él y me pongo de cuclillas en frente de él pero sigue sin mirar. Le tomo de una mano y sus músculos se tensan, pero no se mueve y sigue sin dirigirme la mirada.

-Háblame. -Le pido. -Sé que estas mal pero dime algo, lo que sea. No me gusta verte así. -Es cuando me mira. -Eres fuerte. Tú puedes con todo.

-No lo soy. -Susurra y me cuesta oírlo. -Siento que en cualquier momento me voy a derrumbar.

-No lo harás. ¿Sabes por qué? -Él me mira y niega con la cabeza. -Porque no estás solo. No sé si lo sepas, pero yo estoy contigo y jamás te dejaré caer. ¿Entiendes? -Me mira a los ojos. Siento como lucha por dentro pero sé que sabe que es cierto.

Me pongo de pie pero no le suelto la mano y lo jalo para que se cambie al sillón de dos plazas conmigo. Se sienta en silencio y me mira con sus ojos llenos de tristeza, impotencia, ira, y... ¿miedo?

-¿Quieres algo de comer? -Niega con la cabeza.

Me hundo en el sillón y descanso mi cabeza sobre su hombro y él desliza su brazo por detrás de mi espalda para atraerme más a su cuerpo y luego coloca su cabeza suavemente sobre la mía. Estamos tan cerca que puedo oír el palpitar de su corazón. El ritmo es suave y casi me arrulla. Siento como sus músculos se relajan y su respiración igual, su cuerpo se cierne más pesado y agradezco que por fin se haya quedado dormido. Aun con los ojos cerrados sonrío y me acurruco contra él, dentro de mi refugio favorito y me duermo.

Demonio (secuela de Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora