Kim Taehyung sabe que es prohibido.
Admirar las perfectas contorsiones de su rostro, lo es. Creer posible la línea de destellos donde está junto a él, también.
Incluso pensar de forma pasional en la maravilla que puede ser sumergirse en su placer...
La despedida de los días fríos llegó de la misma manera en que Jungkook intentó olvidar a Jimin durante los últimos meses.
No es como si sacó el recuerdo dulce de esa persona que le mintió tanto y comenzó a creer en la verdadera imagen que su antiguo novio tenía. No era tan fácil, pero, de alguna forma, Jungkook lo supo llevar.
Sus primeros meses fueron una rutina en casa, sin labores. Luego de que su padre le prohibió a trabajar y le exigió unas vacaciones, todo lo que Jungkook pudo hacer fue sumergirse en la tristeza. En una pequeña nube negra que crecía y crecía.
No salía a ningún lado y tampoco se alimentaba bien. Lo único en lo que podía pensar en sus días era en Jimin y... en Taehyung.
Más que nada en Taehyung.
No era alguien fácil de olvidar, mas cuando era la única persona que lo hacía sentir mejor y ahora... solamente existía como un recuerdo, porque Jimin se había ido y con ello acarreó la amistad de Taehyung.
Su cabeza se debatió en una duda constante durante días y semanas. Fue muchas veces, durante los primeros meses, a las afueras del restaurante de Taehyung, sólo para asegurarse de que estaba bien, de que podía llevar una vida buena.
Fumaba un cigarro, miraba un poco el cielo, veía a Taehyung cerrar el restaurante junto a Seokjin mientras las risas llenaban sus oídos y luego volvía a otra noche triste en su habitación con una aburrida película y snack.
Eventualmente, Jungkook dejó de ir. No le correspondía y cuando pensó en lo mal que hacía, supo que realmente tenía que decir adiós a esa parte de su vida.
A Jimin.
A Taehyung.
A su novio.
A su primera amistad verdadera.
Todo eso era efímero y, se había esfumado más rápido de lo que él mismo quiso y ya no podía recuperarlo.
Durante los dos meses posteriores, Jungkook no volvió a saber más de Taehyung, ni de Jimin. Recuperó su trabajo y se centró en su empresa de reinserción social.
Su vida no mejoró, pero tampoco empeoró. Solo continuó viviendo sin tener lo único que lo hacía feliz en la vida.
Y tenía que encontrar una nueva felicidad. Jungkook pensó mucho en aquello, en que se debía la oportunidad de seguir adelante, de volver a ser feliz. Esta vez sin engaños.
Sólo debía encontrar la felicidad y ya.
Pero... ¿dónde la hallaría? No sabía.
En serio que no.
Hasta que un día, la verdad iluminó sus ojos.
Y Jungkook solo pudo pensar en lo ciego que había sido por tanto tiempo.
Aferrado a una mentira.
A un amor necio.
Porque una verdad que llevaba oculta durante tanto tiempo renació cuando ya era tarde para volver a amar.
Y Jungkook perdió a Taehyung.
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