Nunca había estado en una situación como la de ahora mismo, no había tenido ese momento en mi adolescencia o actualmente de conocer a los padres de mi novio. Lo curioso es que tampoco imaginaba estar haciéndolo en un futuro, menos con James.
Con él siempre había podido imaginarme mil escenarios, pero podía asegurar que la Haley de hace cinco meses y medio no habría dicho que podría mantener una relación amorosa con el mismo hombre prepotente que conoció en esa sala.
¡Mucho menos conocer a sus padres!
Estábamos los dos esperando en la entrada del Resort, habían llegado hace media hora a el pueblo pero se había retrasado por algunos percances. Tenía mi mano entrelazada con la de James mientras las frotaba dentro de la bolsa de su saco.
La noche había caído hace poco, las estrellas sobre nosotros y reflejadas sobre el lago eran hermosas. Estar rodeada de la naturaleza, el frio entrando en mis huesos me traía la paz que ahora mismo se desvanecía en segundos.
–Tranquila, no pasara nada. Es más, te van a encantar.
Busco la mirada de él elevando mi cara un poco, me observa con tranquilidad regalándome una pequeña sonrisa.
–Tal vez no les agrade. –Respondo pensativa– Quizás piensen que no merezco estar contigo o que no estoy tan
–Nena, ellos podrían quejarse de que su carne no tiene mostaza pero de que no seas la mujer adecuada para su hijo, jamás. No son como los acabas de imaginar, loquita.
Trago saliva sonriendo avergonzada.
–Lo lamento, no quise decir eso de tus padres.
Suspira chasqueando la boca, suelta nuestras manos y rodea mis hombros atrayéndome a él para refugiarme en un abrazo.
–No te preocupes tanto, ellos te amaran. –suspiro cerrando los ojos en su pecho, el latido de su corazón me tranquiliza– Especialmente Sheryl, ella es comouna garrapata. Solo te advierto que su voz a veces puede ser muy chillona, tiene esa idea loca de que luce tierna cuando la adelgaza para pedir favores.
Rio divertida alejándome para poder verlo, tiene una expresión de disgusto en su rostro.
–Malo.
– ¡Es verdad! A parte, mis padres suelen consentirla mucho, ese ha sido el error de ellos.
–Es la hija menor. –Respondo restándole importancia.
– ¿Y eso que? –Resopla– No vayas a querer defenderla cuando haya sus tonterías, Dickens. Es muy persuasiva.
Ladeo una mueca.
–Por supuesto que no.
Las luces de un auto nos hacen mirar hacia delante cuando una camioneta negra se estaciona delante, baja un hombre de los asientos delanteros para abrir la puerta trasera. Me tenso, estoy tan nerviosa que no se si estoy respirando. En ese momento James hace ademan de caminar soltándome, al ver que no lo voy a seguir regresa unos pasos para sujetar mi mano y hacerme caminar a su lado. La primera persona que veo es un señor delgado, es casi imposible no reconocer esos rasgos marcados en su mandíbula. La elegancia en la forma de moverse y los ojos azules un poco más claros que los de James, todo me resulta demasiado familiar. Detrás de él, una señora de cabellera rubia castaña aparece, tomando de la mano a su esposo. Ambos vestidos de invierno, con unos sacos largos, bufandas al par color negras y guantes.
– ¡Oh, querido mío! –Exclama la mujer rubia soltando a su esposo para ir hacia James.
Lo abraza con fervor, provocando que lo suelte para que él pueda rodearla con la misma emoción que ella. Besa sus mejillas sosteniendo su rostro cerca para verlo, por un momento dudo que va a llorar hasta que suspira sonriendo y se aleja. Permitiendo que segundos después el señor lo abrace con dejando dos palmadas en su espaldas.
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Inesperado.(#1SagaAnderson) (CORRIGIENDO)
RomanceLas voces en mi cabeza no me dejaban descansar, hasta que llegaste tu y calmaste ese mar de dudas, hasta que besaste mis sueños y sujetaste mis temores. Ahora mi temor no eran mis monstruos, era que te fueras y me dejaras de nuevo sola con ellos. SA...