Capitulo 25.

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Los cambios siempre me habían parecido especialmente en mi caso muy difíciles pero en esta ocasión la sensación de su intrusión en mi vida íntima era diferente. No sabría cómo definir como era este sabor nuevo y avivado en mi boca, dulce definitivamente pero tenía algo que hacia éxtasis en todo mi cuerpo. Aceleraba mi corazón desbocado, como si acabara de tener la carrera más larga. Y aun así, se sentía bien.

Eso representaba en estos momentos en mi vida James Anderson.

Era extraño ponerme a pensar en que desde el momento en que sus labios hicieron contacto colisionaran todo el tiempo y lo paralizaran. De alguna forma lo podía definir como si James se hubiera dedicado en ese momento a crear la confianza de alguien con mucho tiempo en mi vida no había logrado del todo.

Un largo suspiro broto de entre mis labios, aleje la colcha de mi cuerpo dejando mis piernas desnudas al descubierto.

Era pasada de media noche y aun no podía controlar la euforia que recorría mi cuerpo hasta mi cerebro. Sentía el cosquilleo de querer hacer mil cosas, sentía tanta energía como si hubiera tomado varias tazas de café.

Solo que no había café en mí caso.

–Duerme ya, Haley. –Me reprimí.

Me coloque de lado mirando como la luz de la luna iluminaba la ciudad, la ventana de mi balcón estaba abierta dejando entrar de vez en cuando aire fresco que movía las cortinas blancas a sus lados.

Me mordisque el labio ansiosa.

Tenía que conciliar el sueño si mañana quería estar presente a la reunión con los Green.

Un par de horas después mis ojos se cerraron de cansancio, estuve removiéndome varias veces incomoda antes de poder lograrlo.

Fue la luz de los rayos del sol filtrándose por la puerta abierta del balcón que me hicieron abrir los ojos a primera hora del día.

Bufe agotada.

Tenía que pasarme a mí, dormir tarde y levantarme temprano, que frustrante.

Me coloque un vestido café claro pegado al cuerpo hasta el inicio de mis rodillas dejando una abertura en una de las piernas. Por lo que sabía la reunión seria en la casa del señor Green, al parecer irían varios empresarios reconocidos internacionalmente. James comento entre nosotros que probablemente harán muchas propuestas sobre inversiones o nuevos proyectos. Algunos buscaban incluso poder crear nuevas industrias pero nosotros solo buscábamos ideas.

Ideas que nos pudieran servir para mejorar en nuestro producto y que también nos dieran un impulso en el comercio. Aunque no estaba tan segura si la empresa de los Anderson necesitara eso, no tras la larga investigación de la tarde anterior.

Peine mi cabellera con una plancha para alisarlo, me maquille un poco más de lo normal y decidí salir a buscar algún te para esperar a que se diera la hora.

Como supuse todo estaba en silencio por la Suite, eran las 6; 30 a.m. nadie en su sano juicio desperdiciaría su tiempo de dormir.

Yo era la excepción.

Mama solía decir que desde muy niña hacia eso, despertar temprano y quedarme quieta mirando algún lado. Mi madre tenía esa creencia de un buen habito, para mis pesares no quería romper esa linda ilusión de ella diciéndole que lo que en verdad a mí me despertaba cada mañana a primera hora era el miedo.

Hasta donde puedo recordar el miedo siempre ha sido el que me ha impulsado para que mi cuerpo reaccione.

La señora Flatlees me dijo en una de mis terapias que mi cuerpo había estado desde muy chica en estado de alerta, recuerdo que al oír esas palabras mis ojos se llenaron de lágrimas y una sensación de alegría se arremolinó en mi pecho.

Inesperado.(#1SagaAnderson) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora