Capitulo 14.

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El sonido de un nuevo mensaje en mi celular me hace soltar un quejido removiéndome entre mis sabanas buscando conciliar de nuevo el sueño. Pero nuevamente el sonido de mi celular me hace quejarme en voz alta antes de estirar el brazo hacia mi mesita de noche, cuando logro tomarlo y ver la pantalla suspiro.

James Anderson.

Pasare por ti en media hora, Dickens.

Suspiro.

Es demasiado temprano para tener que tener esta conversación con un hombre tan terco como él.

Yo.

Ya te había dicho que puedo llegar a la empresa sola, existen taxis, Anderson. Aparte, sería extraño que me vean llegar contigo ¿no crees?

Tener esperanzas de que se dará por vencido con ese simple mensaje es iluso pero las tengo por qué cierro los ojos para seguir durmiendo hasta que mi alarma suene pero es imposible cuando el celular vuelve a sonar.

James Anderson.

No tengo problema con pasar por ti, queda por donde voy todas las mañanas y no, Dickens, no eres cualquier empleada tampoco.

Su mensaje me resulta confuso pero no quiero seguir discutiendo con él por este medio cuando ambos somos muy aferrados por lo poco que lo puedo conocer. Sé que tengo que levantarme si quiero estar lista para cuando llegue, pero es un lunes muy cansado en el que mis ánimos no son los mejores y tengo dos razones muy importantes.

Mis padres y la sentencia.

Por alguna razón James me lograba distraer aunque sea por un rato, no entiendo la razón exacta de ese hecho. Quizás esperaba que ambos mantuviéramos la distancia entre los dos cuando trabajara en su empresa y él se convirtiera en mi jefe. Lo esperaba así, de verdad. Pero James se esforzaba mucho por hacer cosas por mí como ahora.

Cosa que me confundía y me ponían nerviosa.

Aunque tampoco me sorprendía que fuera tan difícil para mí dejar entrar a alguien a mi circulo de protección, tampoco podía hacer como si el no existiera cuando hacia cualquier cosa para que notara que seguía ahí a mi alrededor. En especial por ser mi Jefe.

Repito; no tenía ánimos de absolutamente nada este día, por eso mismo cuando recibí un mensaje de James avisando que ya estaba afuera de mi edificio lo único que pude hacer fue soltar una maldición. Tome rápidamente mi bolso echando mi celular y mi cartera, iba un poco desaliñada pero nada que no pude arreglar en el reflejo del elevador.

Fue hasta que mi bolso se me resbalo de entre mi mano y me obligo a agacharme para levantarlo cuando las puertas se abrieron que me di cuenta de algo.

No me había puesto sujetador.

Gracias a la fricción de la blusa holgada color café claro fajada en mi pantalón rozo mis pezones me congelen. No tenía tiempo para volver a subir al piso en busca de uno y no es que me preocupara como la gente ve tan tabú a una mujer que no usa, más bien era mi inseguridad sobre la atención que eso provocaba.

Me hacía sentir incomoda muchas cosas, como me dijo la Señora Flatless sobre esa situación en la que yo misma me encerraba cuando algo me hacía sentir así; no era más que el reflejo de mis traumas.

Y aun no lograba superarlos.

Me obligue a avanzar hacia la salida cuando un par de personas quisieron entrar al elevador, enderezándome me eche un vistazo más confirmando que si no hacia tantos movimientos podía pasar desapercibida.

Respire un par de veces más antes de armarme del suficiente valor para salir del edificio. Como usualmente James tenía la costumbre, me esperaba fuera de su auto negro a un lado de la puerta trasera.

Inesperado.(#1SagaAnderson) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora