Recul ||Adrinette +18||

14. ||Azul profundo||

Besar.

¿Cuál es tu definición de besar?

Un acto o gesto de amor y anhelo, donde ambas partes desean consumirse uno con el otro. Unirse al otro. ¿Su otra mitad? ¿Alma gemela?

¿Es necesario que ambos estén vivos para ser complementarios? Ninguno lo sabía. Adrien y Marinette solo dejaban sus cuerpos ser ellos mismos. Entrelazando sus dedos, presionando sus manos contra la cama y mezclando su respirar en un delicioso compas.

La joven se encontraba bajo ese cuerpo esbelto y bien formado que llamo su atención desde el primer instante en que abrió esa puerta accidentalmente. Sus dedos viajaban por la espalda de Adrien. Por la zona más cercana al pantalón hasta escabullirse bajo esa oscura playera. La piel del chico era suave y a la vez fría. Era normal. Es un vampiro después de todo. A diferencia de ella que aún seguía siendo una humana con temperatura corporal de un vivo.

Aun así, lo amaba.

Jamás había tocado a un chico. Menos a una criatura que se esconde tras las sombras. Adrien era y seria su primera vez en muchos sentidos. Cosa que le hacia ser la chica más feliz del mundo. Si he de morir, seria en los brazos del chico que llevaba amando su conciencia desde hace cinco años atrás. Esta vez, no perdería su oportunidad de estar a su lado. No permitiría que ningún accidente, enfermedad o peligros tras esa puerta que los separaba de las tinieblas los fuera a separar. Vivirían juntos hasta que la muerta se la llevara al más allá. Solo lamentaría un hecho.

No estar hasta el infinito con Adrien. Su Adrien.

Pesco la orilla de la camiseta holgada del chico, subiéndola poco a poco mientras se dejaba ver ese pecho escultural y su marca en V bien dibujada en su bella piel. Adrien fue incorporándose, pero no al punto de separarse de la joven. En cuanto su camiseta estuviera fuera del juego, miro a Marinette con una penetrante mirada. Sus esmeraldas expresaban muchos sentimientos mezclados que guardaba el chico dentro suyo.

Amor, anhelo, atracción, deseo, necesidad, pasión y peligro.

Esas esmeraldas. Wow, esas brillantes y hermosas esmeraldas que se mezclaban con el fulgor de la luna iban desnudando su alma por completo. Marinette estaba expuesta ante su mirar. Sonrojándose por completo ante el chico, aunque ya se encontraba roja antes de comenzar con su acercamiento.

Ella no controlo sus manos. Llevando así la punta de sus dedos hacia el rostro del muchacho. Delineando lentamente, memorizando cada facción, cada zona del rostro de Adrien para guardarlo en su memoria. Necesitaba esto. Grabarlo en cada punta de su cuerpo. Adrien debía ser su recuerdo más preciado para llevárselo al cielo.

Las miradas. Sus miradas estaban llenas de palabras.

Sin embargo, Marinette no contuvo las suyas.

—Te quiero.

Ante ello, Adrien detuvo sus actuares para mirarla fijamente. Abriendo fuertemente sus parpados, mientras sus pupilas oscuras se dilataban ante el canto de anhelo saliendo de los labios preciosos de la chica.

Llevo sus manos entrelazadas a su boca. Plantando un amoroso beso en ellas. Amaba esta unión. La misma que deseo cuando la conoció.

Era increíble.

Jamás imagino que estaría con Marinette en este tipo de situación. No era experto en chicas, ni antes de morir y después de volver a respirar. Marinette es y seria su primera experiencia. Ya fuera en el amor o en el acercamiento tan pasional como lo estaban llevando ahora mismo.

Apretó la mano de Marinette, deseando desde lo más profundo de su bestia, mantenerla a su lado para siempre.

—Yo también —susurro con sus ojos fuertemente cerrados. Pidiendo y rogando a cualquier fuerza superior a ellos, quedarse así hasta el final.