27. ||Sangre mía||

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Nunca creí volver a enfrentar al chico que en algún punto de mi detenido tiempo me había agradecido.

Cabello azabache con mechas azulinas como el cielo nocturno. Ojos serenos repletos de tranquilidad y comprensión. Una mano agitada con afán de dar gracias. El chico que me dio las gracias por salvar a la mujer que amaba. A quien ama. Luka Couffaine. Quien ha cuidado con otras personas a Marinette en el tiempo en que ambos perdimos nuestro rumbo.

El mismo que ahora me miraba con hambre.

Couffaine. Quien mordía y desgarraba la piel de mi cuello con tal de devorarme.

Es de suponer. Se había transformado. Igual que todos. Los amigos de Marinette. Todos y cada uno de ellos, había adquirido la evolución de convertirse en un infectado. Un vampiro sin capacidad de emerger criterio desde su muerto cerebro. Eso es a lo que llamaríamos un zombi. Sin embargo, somos animales nocturnos que buscamos sangre y placer en nuestra presa. Asechamos hasta sentir cada pisca de miedo colarse en todos los huesos de la anatomía de nuestra presa seleccionada. Al menos, ese es el caso para ese bastardo y también me incluyo. Tenemos razonamiento, a diferencia de todos los humanos infectados por los colmillos endemoniados de ese infame que no dudo en matar a cada persona de este barco.

Increíble era como podía pensar en un concepto de tan poca importancia, mientras me desgarran la piel de mi garganta.

Había conseguido huir de la multitud de hambrientos a duras penas. Pude avanzar hasta los pisos más superiores, pero me cogieron otra vez en cuanto puse un pie en el gran salón donde todo inicio. Aquí fue donde el sufrimiento de Marinette había comenzado. Viendo morir uno tras otro de sus amigos a medida que iban huyendo de la desesperación. Marinette fue la única sobreviviente de la fiesta. Al menos eso es lo que he podido deducir al no ver ningún ser humano con ganas de cogerme como cena.

El problema de pillarme el salón de camino al rescate de Marinette fue que no esperaba ver a uno de sus amigos aquí, esperando con ganas de matarme. Justo y tenía que ver al que era proyección de mis celos injustificados. Si, digo injustificado ya que no debería tener envidia de alguien que ya murió.

«También estás muerto»

Maldecí a mi otro yo por meterse en mi cabeza cuando no debería importar lo que piense. Lo que su respuesta fue la más sensata. Ambos compartimos el mismo cerebro, por lo qué es normal que escuchemos nuestros propios pensamientos. Es realmente molesto. Compartir pensamientos con otra personalidad es un dolor de culo. El respondió "No te preocupes, pienso de igual manera". Llegaba a causar gracia como discutíamos, pero no es que pueda quejarme demasiado. Al fin y al cabo, hacía lo mismo con él tiempo atrás.

Por estar tan distraído en mis pensamientos y debido al cansancio por la sangre perdida camino hacía acá, no pude esquivar a su debido tiempo la mordida de ese chico. Ahora aquí estábamos. Él mordiéndome y yo tratando de sacármelo de encima con lo poco y nada de fuerza que me restaba.

—Joder... —gruñí con todas mis fuerzas. Logrando liberar mi cuello ensangrentado de sus colmillos.

Tome la distancia suficiente para mirarnos fijamente. Notando sus nuevas características. Despeinado, manchando su rostro y cabello de sangre de otros individuos. También de la mía. Sus ojos ya no eran azules, estaban teñidos de un carmesí sangriento que cualquier persona normal viera saldría huyendo. Su esclerótica era negra. Eso sucede cuando el hierro se acumula en la sangre por alto consumo. Quiere decir que este no ha dejado de comer desde que fue transformado.

Analice cada detalle de Couffaine, mientras llevaba la palma contra la herida en mi cuello. Joder, no dejaba de sangrar. A diferencia de las otras heridas que han ido curándose lentamente, esta tardaba en cerrar. Sería un problema. Si terminaba desangrándome... Mi sed de sangre empeoraría. Aún debía encontrar a Marinette y si la llegaba a poner a salvo de ese bastardo que la secuestro, nadie aseguraría que esté a salvo conmigo tan malherido.

Recul ||Adrinette +18||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora