//Chapitre 22//

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Gabriel miraba a Nathalie mientras está se limpiaba las lágrimas con uno de sus pañuelos, sobre su cachete aún yacía la marca que Caline había hecho con su mano.

─No puedo creerlo.

─Tu nunca crees nada─ se quejo ─Me estás tratando igual que a Adrien cuando el te quiere decir algo, ¿acaso no ves la marca que me dejó?

─No entiendo para que te pegaria Caline.

─¿Es necesaria la razón?.

─¿No hiciste nada con la nueva información que acabamos de obtener?.

─Tal vez dije algunas cosas, ¿pero amerita el golpe?, lo hizo porque estoy indefensa, sabes que esto no hubiera terminado bien para ella si estuviera normal.

─Nathalie. . .si dijiste algo hiriente, entiendo su reacción, deberías disculparte─ ella lo mira, con el mismo odio con el cual había mirado a Caline hace tan solo unos instantes ─Hablo enserio

─¿Por qué la protege tanto?─ guarda el teléfono ─Deberia echarla

─¿Por pegarte?, no, eso no justifica si tú iniciaste el pleito, no la protejo, pero de repente parece que fueras de la edad de Adrien, chismoseando y haciendo malos comentarios, eres una mujer adulta, comportate─ ella baja la vista en señal de derrota

─Mire quien habla─ musito ─El inmaduro que no puede superar a su esposa y se puso a jugar al villano con dos adolescentes─ se recuesta ─Dejeme sola

─Por actitudes como está seguro fue que Caline te golpeó, espero que te disculpes Nathalie.

─Si me hace disculparme, le juro que todo el mundo se va a enterar de todo─ lo mira ─Vayase de aquí ya mismo, no lo quiero ver─ se tapa

Gabriel sale envuelto en cólera, y cierra de un portazo, Nathalie sigue llorando, lo hace hasta que se queda dormida.

Después de un tiempo el diseñador encontró a su asistente, la cual se escondía en el jardín, está estaba sentada en un asiento y al igual que la Sancoeur, tambien lloraba.

─¿Que es lo que les pasa a ambas, de repente son dos adolescentes?─ se quejo parándose frente a ella

─La culpa es toda mía, reaccione mal, despidame, no sé hacer nada bien─ se seca las lágrimas con el dorso de su mano

─Esta vez Nathalie se extralimito, usted es una buena persona, lo sé, por algo está aquí, olvidé todo este asunto y vuelva al trabajo, si no lo hace ahí si tendré que despedirla─ suspira ─Pleno siglo XXI y la gente se preocupa por estás cosas

─No merezco su gentileza.

─Olvidate ya de eso, y ve a tu puesto por favor─ la mujer se levantó y salió

Gabriel se tomó el puente de su nariz y suspiro, después giro su cabeza y miro una de las estatuas que había de su esposa ahí cerca, allí trato de buscar paz, pero ni siquiera en ella la pudo encontrar.

Mientras tanto, arriba, Nathalie se había quedado dormida, habían sido demasiadas emociones por un día, el cansancio propio de todo lo que sucedía la hizo dormir como una bebé, pero caso contrario a ellos, en vez de soñar con arcoiris y angeles, estaba teniendo una horrible pesadilla.

La mujer podía escuchar una música tétrica como de película de terror, a diferencia de la realidad sus piernas estaban bien, ella podía caminar y moverse por todas partes, la mansión lucía más lúgubre que nunca, cuartos vacíos y un silencio casi sepulcral.

De repente un sonido le dió color a la casa, de ser algo extraño se fue lentamente transformando en dos carcajadas, la de mecha roja siguió la risa hasta estar parada frente al atelier, la puerta se veía más enorme que de costumbre, y ella se sentía tan pequeña.

Miraculous: Demasiado PequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora