//Chapitre 37//

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Nathalie estaba sentada en una esquina, en la orilla de la piscina mientras sus pies se sumergían en la cálida agua, por primera vez tenía una sensación agradable en lo que ella llamaba 'lo muerto de la cintura para abajo'.

Su cuerpo goteaba, a su alrededor había un charco con agua, el pijama estaba pesado por culpa del agua que aún había en el y se marcaba a zonas del cuerpo demasiado íntimas. A lo lejos Gabriel nadaba mientras ella se acomodaba el pelo, el cual estaba suelto, mojado y alborotado.

─Lo logré─ dijo el hombre regresando hasta ella ─Aqui están─ lo extiende los lentes, los cuales al contacto con el agua abandonaron su rostro, y está vez, al no estar involucrada la magia, una vez terminada su actividad ellos no volvieron de regreso a ella

─Gracias─ los toma y ve como la playera mojada de Gabriel se pegaba aún más a su cuerpo ─¿Que le pasa?, ¿en qué momento pensó que esto sería buena idea?

─Es mi forma de aliviar la tensión, yo no iba a ceder, tú tampoco. . .pero no quiero que discutamos y nos quedemos enojados.

─Que manera extraña de arreglar una discusión.

─Últimamente no parezco bueno con el habla─ sale y se sienta a su lado ─Te traeré una bata─ se para y se aleja

─No entiendo cómo el hombre más famoso del mundo capaz de sortear cualquier situación, no puede con una simple discusión verbal─ el regresa y le extiende una toalla en vez de una bata, ella la toma  seca su cabello, luego se quita los lentes, y hace lo mismo con su rostro

─Aveces uno es bueno en ciertos terrenos pero difícil en otros. . .¿tienes frío?.

─No, el climatizador está perfecto, hasta diría que estamos dentro del sauna─ ríe

─¿Puedo decirte algo?.

─Lo escuchó.

─Voy a terminar con la casería de los miraculous─ ella lo mira atónita ─Emilie no vale la pena, quiero concentrarme en encontrar una verdadera cura para ti, el exoesqueleto te va a ayudar mucho, pero al fin y al cabo vas a necesitar ayuda para todo, quiero devolverte tu salud para que puedas ser tu completamente

─Me halaga. . .¿pero valgo la pena?.

─Claro que lo vales, ¿cómo puedes decir algo así?─ desvía la mirada ─Vales más que cualquiera

─Se lo agradezco entonces─ suspira

─¿Me perdonas por ser un asno los últimos días?.

─Si me promete nunca más tomarme y traerme a la fuerza a la piscina, lo perdono.

─¿No te gusto nadar unos segundos?.

─Si, pero odio que me tomen por sorpresa.

─Esta bien, la próxima vez preguntaré─ rio

Los dos se quedaron así, mirando el agua, hasta que de repente Nathalie logro mover un poco sus pies, eso, hizo gritar al hombre de felicidad, el justo se había concentrado en ella y logro verla.

─Se ve que ahora los reflejos involuntarios dominan mi cuerpo─ comento ─Pero la voluntad no

─Eso es una buena noticia, quiere decir que tienes salvación, algo debe poder despertar tus terminaciones nerviosas, y si descubrimos que es, tal vez sea la clavé.

Ante eso se sienten unos pasos, alguien entra en la piscina, cuando el vapor se dispersa los dos pueden ver a Caline y Adrien, sumamente preocupados.

─Ahi están─ grito el chico y se acercó corriendo ─¿Pero que hacen aquí?

─Nada hijo, solo molestaba a Nathalie─ el menor parpadea atónito ─¿Sucede algo?.

─Solo quería avisarles que había llegado a la hora pautada y me asusté cuando tampoco encontré a Nathalie─ Caline se acerca ─La próxima vez avisen que van a estar aquí─ desvía la mirada para evitar llorar

─Lamento hijo haberte preocupado, pero no planee venir acá, solo sucedió. . .me alegra que hayas regresado, ¿cómo te fue?.

─Muy bien─ los mira ─¿Por qué están aquí sin traje de baño?─ los contrarios se miran

─Ya te lo dije hijo, solo quería molestar a Nathalie─ rasca su nuca ─Caline, por favor ve al cuarto de Nathalie y traele un nuevo pijama y todo lo que necesite para cambiarse─ la contraria asiente y se va

─¿Entonces la trajiste en contra de su voluntad?─ la de negro ríe

─Algo asi─ suspira ─Pero no tomes mis ejemplos hijo, aveces hago las cosas mal

Mientras tanto, Caline registraba la habitación de la Sancoeur en busca de ropa para ella, hasta el momento solo había encontrado un pantalón pijama, le faltaba la chaqueta y la ropa interior, al dar vueltas por la habitación se topo con la misteriosa caja que en los últimos días trajo tanto pleito, pensando que se traba de ropa perteneciente a Nathalie, abrió la caja, pero la sorpresa la invadió al encontrar la cartera que creía perdida y uno de sus sacos blancos de repuesto, asombrada tomo ambas prendas y lo que había debajo la dejo shockeada, ahí vio un conjunto de su ropa interior que también estaba desaparecido, el cual pensó que se extravió en la lavandería junto a los boxer de un hombre. Aún no entendía todo lo que pasaba ni mucho menos la razón de que su superior esté en posesión de todo eso, rápidamente metió las cosas dentro para hacer como que no vio nada y continúo buscando prendas, al hayarlas, volvió a la piscina en dónde Nathalie ahora estaba encerrada en el vestidor esperando que está llegué para ayudarla.

─Marco.

Se escuchó decir a Adrien, esto llamo la atención de la pelirroja, en la piscina estaban los dos dentro, jugando, casi al instante y sin dudar, Gabriel grito "polo" y el chico nado hasta el mientras esté de forma sigilosa se cambiaba de lugar.

Después de estar eclipsada viendo a padre e hijo, se metió de una buena vez al vestidor y ayudo a Nathalie a cambiarse, todo en absoluto silenció, una vez lista las dos salieron de ahí, y la de blanco acomodo a la pelinegra por pedido de ella, en una de las sillas de reposo que había ahí.

─Me atrapaste─ rio Gabriel al ver cómo Adrien salía del agua con una enorme sonrisa ─Tienes buenos reflejos

─Y tú eres un gran jugador casi no lo logro─ los dos se acercan a la orilla y miran a las mujeres

─Gracias Caline por tus servicios─ menciono el de ojos grises ─Por hoy te libero, puedes ir a casa antes─ Nathalie sonrió con dicha, pintando una enorme sonrisa que iba de oreja a oreja

─Gracias señor, buenas noches para todos─ a paso lento se retira

Gabriel la mira irse, luego enfoca la vista en su asistente, está miraba con gocé como la otra se iba, esa sonrisa hizo que el sienta cosquillas en su estómago, no podía evitar pensar en lo hermosa que ella se veía así, si fuera por el, desearía poder ver esa sonrisa todos los días de su vida.

Miraculous: Demasiado PequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora