Nathalie tenía una pesadilla, veía a Gabriel irse con Caline, mientras ella estaba tirada en el suelo, sin poder caminar y tosiendo sin control, todo culpa de los riesgo que tomo por un amor que ni siquiera es suyo.
Alborotada despertó, el sol entraba por las ventanas, colándose entre las cortinas, creando un ambiente cálido, su respiración se tranquilizó; con delicadeza froto sus ojos, busco sus lentes en la mesa de noche y se los puso.
Eran aproximadamente las siete de la mañana, la mansión estaba tan tranquila que ella podía sentir sus propios latidos, luego un sonido pequeño empezó a llenar el espacio, era un pequeño y molesto tic, la puerta se abrió de sopeton, del otro lado estaba Caline con una radiante sonrisa, lucía espléndida.
─Buenos días señorita Sancoeur─ dijo alegremente, la voz hoy sonaba más irritante que nunca ─El señor Agreste quiere que le dé lecciones a Adrien mientras está suspendido
─Que raro que no la eligió a usted─ bufo
─¿Quiere que lo haga yo?.
─No dije eso, ¿acaso escucha bien?.
─Volvio a las hostilidades, ¿está todo bien?.
─Claro, estoy radiante, ¿no me ve?.
─La veo perfectamente, pero está más cascarrabias que de costumbre, si tuve un error dígamelo.
─¿Puedo?─ ella asiente ─Aceptar este trabajo fue su más grande error, jamás debió poner pie en esta casa
─Pense que íbamos a tener fraternidad, ¿por qué de repente el odio hacia mi?.
─Jamas deje de odiarla.
─¿Pero sucedió algo?, si la ofendí fue sin querer.
─Ya no creo en sus palabras, estoy altamente decepcionada de usted.
─No me diga eso por favor.
─Se lo digo. Haga algo bueno y dígale a Adrien que ya vamos a comenzar─ se cruza de brazos y mira en dirección contraria
─Si. . . señorita Sancoeur.
La pelirroja se retiró triste del lugar, le hacía mucha ilusión llevarse bien con su superior, no entendía porque estaba tan enojada con ella, parecía que ahora no había vuelta atrás, lentamente fue hasta la habítacion del menor, se adentro, le comunico lo solicitado por Nathalie y luego se fue, abajo, en la entrada del atelier se encontró con su jefe, el cual venía con algunos documentos en la mano y no la vio, ambos chocaron haciendo un desparramó de hojas.
─Perdon señor─ se agacha
─Es mi culpa─ también se agacha ─¿Está bien?
─De hecho no, la señorita Sancoeur me odia. . .otra vez─ le entrega el manojo de hojas y se levanta
─Seguramente se levantó de mal humor─ copia su acción
─No creo, ahora es definitivo, me detesta.
─Ya se amigaron una vez, puede volver a pasar.
─No lo creo, me gustaría poder leer su mente y saber porque me odia tanto.
─Nathalie enojada es así, pero cuando se le pase todo será normal otra vez.
─Quiero agradarle, la admiro, pero parece que todo lo que hago le molesta, ya no se que más hacer─ suspira
─Tenga paciencia.
Los dos siguieron su camino después de esa breve conversación. A media tarde tarde, el diseñador decidió tomarse un breve descanso y fue a la habitación de Nathalie, allí la encontró comiendo un dulce.
─Hola─ saludo tranquilo
─Hola─ replicó sin verlo
─¿Está todo en orden?.
─Si.
─¿Puedo hablar de algo pequeño contigo?.
─Claro─ muerde el dulce
─¿Por qué la tratas mal?─ se acerca ─Le hace ilusión llevarse bien contigo, ella no tiene la culpa de que yo sea un mal nacido
─¿Otra vez con esto?─ lo mira ─¿Por qué se empeña en protegerla tanto?
─No la protejo solo no entiendo porque te la agarras con ella, soy yo aquí el que cometió el error.
─Mire señor, si usted logro hacer lo que hizo fue porque los dos quisieron, porque de no quererlo por mas inconcientes que hayan estado los dos usted se habría ganado una buena bofetada, y eso no pasó, ella es tan culpable como usted.
─Solo tratala mejor.
─No lo haré, esto es el colmo, estoy harta de que venga aquí reprochandome como la trato, usted jamás se planteo tratarme mejor, ni a mí ni al resto de sus empleados, ¿por qué de repente tiene un ataque de compasión?─ él tragó saliva ─¿Acaso le gusta la señorita Bustier?─ pregunto insiciva
─Por supuesto que no─ respondió con firmeza
─No parece.
─No digas tonterías.
─Le dió trabajo, la apaña, tuvo sexo con ella. No digo tonterías, son hechos.
─Estas muy equivocada, tuve sexo con ella por error, y jamás lo volvería a repetir.
Los dos se quedaron callados, ninguno tenía nada más que argumentar, pero cada quien se mantenía en su postura, después de unos minutos él se acomodo en los sillones y ella se cruzo de brazos.
─Estaba borracho si, ya se que no justifica nada, pero ni siquiera sabía con quién estaba, si de verdad me gustará la señorita Bustier le habría hecho el amor en su departamento el día que la contraté. Por el contrario, solo tuve sexo con ella en un avión a mitad de una borrachera sin siquiera estar pensando en ella.
─¿Tan borracho estaba como para tener sexo con Bustier pensando en su esposa?.
─Si. . .
─Entiendo que un hombre tiene necesidades, ¿pero el fin justifica los medios?.
─No tengo necesidades, de verdad, fue un impulso.
─De todas formas seguiré molesta con ella.
─¿No hay nada que haga que la trates mejor?, me da pena. . .
En ese momento la puerta suena, los dos fijan sus miradas en esa dirección, Gabriel confirma y Bustier entra, los tres se miran, hasta que la de blanco rompe el silencio.
─El señor Burden está abajo, viene por la cita que acepto hace unos dias─ Gabriel mira a Nathalie
─¿Que cita?.
─No me mire a mi─ replicó ella
─Usted señor acepto una cita con el señor Burden─ la mira ─¿Lo hago pasar al atelier o le digo que se re programa para otro día?
─Llevalo al atelier.
─Si señor─ la mujer se va
─Cuando termine con Samie. . .por favor dígale que venga a verme─ menciono sería
El no respondió, solo se levantó y salió de ahí, con todo el revuelo armado, había olvidado por completo que tenía un encuentro con aquel hombre, que odia tanto.
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Miraculous: Demasiado Pequeño
FanficNathalie debe retirarse de asistir a Gabriel por los daños ocasionados en la batalla milagrosa, el, estando solo, sin nadie que lo ayude y con un desesperado pedido de Adrien, toma una decisión inesperada que pondrá a los convivientes de la mansión...