//Chapitre 46//

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Gabriel soñaba nuevamente, está vez se encontraba atrapado en una habitación sin puertas, a un costado había una ventana, y lo que podía ver del otro lado era la misma habitación en la que el estaba, salvo que allí estaba Nathalie junto con Samuel, los dos se besaban con pasión, ella lo correspondía, en su rostro se veía la dicha de ambos; el quería apartarse pero por más que lo intentará no podía, era como un cruel y horrible castigo.

El hombre despertó, estaba en la oscuridad de su habitación, todo le daba vueltas, sin haberse dado cuenta algunas lágrimas se escaparon de sus ojos, dejando un rastro salado y húmedo por su rostro, rápidamente se incorporó y miro la hora, la cena estaría lista dentro de poco, sin ganas se levantó, entro al baño, lavo su cara y salió de la habitación.

El silencio era más doloroso ahora que nunca, la casa parecía un lugar tenebroso y sin vida, ni siquiera sus zapatos hacían ruido, con lentitud llegó al comedor, desde donde sintió unas risas venir desde el interior. El platinado con desesperación se introdujo, y para su alivio, encontró a su hijo charlando con la que hasta hace unos momentos se había encargado de hacer trizas su corazón.

─Padre─ sonrió el y la contraria se puso sería ─Al fin despertas, ¡tuve éxito!─ amplia su sonrisa

─Me alegro hijo─ se acerca y evita mirar a Nathalie ─Estoy orgulloso de ti

─Gracias, espero poder traer a Marinette algún día a casa─ mira a su asistente está le devuelve la mirada y luego la desvía al hombre

─Claro hijo, lo que tú quieras─ fuerza una sonrisa

─¿Estás bien?.

─No─ se animó a decir ─Me duele un poco aqui─ con su mano completamente abierta golpea el lugar en donde de supone que está el corazón

─¿Quiere que llame a la doctora?─ pregunto la mujer llena de preocupación

─No─ dijo seco, sin siquiera dignarse a mirarla ─Estaré bien. . .lo siento hijo, no podré cenar contigo hoy, ¿podrás perdonarme?

─Si padre. . .¿estás seguro que te encuentras bien?─ él solo asiente

─Volveré a la cama─ fuerza una sonrisa y se va sin siquiera mirar a Nathalie

─¿Tu sabes que le sucede?─ ella niega ─Deberías hablar con el, solo tu puedes hacer que se sienta mejor

─¿Tu crees?.

─Si, nadie más lo puede hacer sentir mejor, ve con el, háblale, tenemos que saber que es lo que le pasa.

La mujer se levanta y deja el comedor, sube las escaleras y llega hasta el dormitorio del diseñador, allí golpea tres veces pero no obtiene respuesta, ante eso decide entrar si pedir permiso, la mujer se extraño al encontrar todo oscuro, no había nada de luz, parecía más una cueva que un cuarto.

─Señor─ musito en tono bajo, intento caminar pero le fue imposible, tenía miedo de caerse y dañar sus prótesis ─¡Gabriel!─ ante ese grito una luz se enciendo, ahí pudo ver al hombre el cual se secaba lo que parecían ser unas pequeñas lágrimas ─¿Se encuentra bien?─ camina ahora sin miedo ya que podía ver el suelo ─Adrien está preocupado

─¿Solo el?─ baja la vista

─Yo también señor, usted no está actuando normal, ¿hay algo que lo incómoda?─ el contrario solo desvía la mirada ─¿Acaso es por nuestra última conversación?─ la vuelve a mirar pero no emite respuesta ─No creí que le podía afectar tanto, me disculpo, pero si ella lo hace feliz, prometo que no volveré a emitir mi opinión

─¿Ella?─ cuestionó

─Si. . .Caline, perdóneme, deje que mis propios intereses hablarán por mi, pensé en cuan humillante y doloroso sería trabajar bajo las órdenes suyas y de ella; en vez de pensar en su bien estar, pero viéndolo asi, no me puedo interponer, ella sería una excelente señora Agreste─ fuerza una sonrisa

─¿Po~Por que crees que hablo de Caline?.

─¿Acaso no es obvio?, desde que ella aprecio usted es otro, incluso dejo la villania. . .y ni hablar de que la eligió para tener─ hace una pausa ─Lo que si no entiendo es que la hace tan especial

─Estas equivocada─ la interrumpió ─¡No hablo de Caline, yo en realidad hablaba de. . .

─No me lo diga, no quiero matar sus esperanzas otra vez, no soy esa persona, quiero acompañarlo en todas sus decisiones y verlo feliz, nada más me importa que su felicidad.

─Pero quiero decírtelo, necesito decírtelo.

─La próxima vez será.

─Por favor tengo que decírtelo ahora, no quiero esperar más.

─¿Por qué es tan importante que yo lo sepa?.

¡¡POR QUE ERES TU A LA QUE AMO!!.

Los dos se quedaron mirándose con desconcierto, él rojo y ella sin poder creerlo, pensaba que todo esto era una gran y enorme broma.

─Muy gracioso señor─ su rostro reflejaba seriedad y desilución ─Se que lo lastime sin saberlo, pero no tenía porque devolvermelo

─¡NO, NO NO!─ extiende su mano y la agarra para evitar que ella escape ─Lo digo enserio, te amo Nathalie, tú eres la que me hace latir el corazón al punto de que siento que va a estallar, eres tú por la cual deje la villania, supere a Emilie porque tengo solo ojos para ti

─Y mientras siente todo esto fue y se acostó con otra, por favor, ¿que tan estúpida cree que soy como para que me crea todo ésto?─ de un jalón se suelta ─Fue un error toda esta conversación─ se gira para salir

─Me vas a odiar, y se que no habrá punto de retorno después de esto─ ella sigue caminando ─¡Tuve sexo con Caline porque el alcohol me hizo creer que eras tu!─ la mujer se frena

Los dos se quedan así, Nathalie en shock, luego se da la vuelta y lo mira, Gabriel estaba ahí espectante, esperando que ella haga o diga algo.

─Usted es un experto mentiroso.

Fue lo único que dijo y después se fue, a Gabriel no le dió tiempo de salir de su cama y evitar que se vaya, ahora era demasiado tarde, había arruinado todo, y ya no había vuelta atrás.

Miraculous: Demasiado PequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora