NGE: Modo Berserker.

Episodio 12: Los Fundamentos de un Milagro.

Hace 15 años.
2000 D.C.

    Un hombre consumía sus últimos alientos de vida por llevar a su única hija fuera de ese infierno de cielo rojo, donde ajenas unas pocas formas de vida inteligente se habían aventurado al fin del mundo, ese extremo congelado donde la vida más evolucionada consiguió domar su entorno antes de ser borrados.
    El fuerte viento quemaba a cada segundo que golpeaba contra su cuerpo y sus piernas adormecidas rogaban por derrumbarse, pero no podía permitirlo, simplemente no podía permitirse extinguir su propio calor hasta que ella estuviera a salvo, y por ello ahora luchaba por atravesar los pocos vestigios que quedaban del paso de la humanidad en ese lugar.
    Finalmente llegó a ése prototipo de cápsula de la cuál estaba orgulloso cuando aún tenía certeza de un futuro pero que ahora se convertiría en el salvador de la única cosa que tenía valor en ése momento. Cuando la depósito en su interior le escuchó soltar un quejido a causa del fragmento metálico que atravesaba su abdomen. La repentina descarga de estrés la hizo despertar de su inconsciencia.

    —Papá— Rogó en apenas un susurro tratando de ver el rostro de su padre entre las sombras.

    —Sobrevive, Misato— El hombre tiró de la cruz que llevaba en su cuello y la colocó en el de ella—. Sobrevive—.

    Detrás de la figura de su padre se alzó en gigante alado envuelto en luz blanca que se elevaba hasta el cielo con un gran rugido como el de miles voces. Entonces la compuerta se selló y el hombre, sabiendo que el único acto desinteresado que había hecho en demasiado tiempo estaba completo, se dejó vencer antes de la última ola de destrucción del gigante. La cápsula fue arrastrada lejos, impactando con los escombros hasta que la distancia le mantuvo a salvo. Golpeada y adolorida, Misato observó a varios kilómetros sobre el implacable mar como el mundo era herido y su sangre brotaba en su vestidura azul. Después, solo hubo silencio.

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    Esos recuerdos eran los que le atacaban cada mañana al despertar, a pesar de tantos años. En otro tiempo habría bebido lo suficiente para poder mantenerse neutra ante el gran golpe emocional que representaban, pero ya no era esa mujer, ya no quería serlo. Cada día era difícil no caer ebria pero se mantenía ahí rompiendo el hábito, para poder prepararse para cumplir ésa última misión que le queda de su yo anterior y por fin dejar todo atrás.
    Y así, lograr ser feliz plenamente.
    Era momento de ir a cumplir con su obligación, con el trabajo que la llevaría a cumplirla. Dio una última mirada a esa cruz que había cargado durante tanto y se marchó dejándola posada sobre su escritorio pero aún llevando su fantasma alrededorde su cuello.

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Episodio 12:
Los Fundamentos de un Milagro.

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    Las lluvias inesperadas de Tokyo-3 eran probablemente la peor parte de vivir ahí por nunca saber cuando llegarían y cuando se irían, además de la vaga información que brindaban los noticieros meteorológicos que hacían dudar a la población si de verdad eran profesionales los que realizan dicha labor. Al menos el lado bueno de ello es que se puede descansar algunos días de ese calor infernal e incluso dormir como un bebé hasta tarde y, por supuesto que podías hacerlo, pero es una ley no escrita que los estudiantes vayan a la escuela sin rechistar para empapar sus zapatos y ocasionalmente ser rociados por algún imbecil sin la consideración de nivelar la velocidad de su auto al pasar por los estancamientos de agua más grandes.
    Era el final de la jornada escolar y ahora algunos pobres diablos esperaban que la lluvia disminuyera un poco y los más idiotas rezaban a cualquier deidad misericordiosa que no terminaran paraplejicos si llegaban a resbalarse por correr sobre el suelo mojado.