Episodio 22: La Responsabilidad de Ser un Humano.

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    Dos individuos que apenas se conocían, un hombre cercano a sus 30 y una niña de catorce años, se encontraban recostados observando el cielo nocturno mientras la brisa del mar les refrescaba de forma amena. La indiferencia y la necesidad de atención fueron la causa de ése momento, pero no más. Ni la música o la cerveza que él bebió cambiará el curso de la noche, no lo deseaba aunque la niña insistiera y llegara a los extremos del habla o de la insinuación sexual.

    —¿Qué sientes sobre ésto?— Indagó la niña ocultando la frustración de ser ignorada.

    —¿Sobre qué, específicamente?— Respondió el hombre sin interés.

    —Mañana llegaremos a Japón y nuestra aventura habrá terminado. Me entristece tener que separarnos—.

    —Mmmmm—.

    —Misato dijo que vendría a buscarnos en la tarde. No me agrada mucho la idea de encontrarme con ella otra vez, no es que ella no sea agradable por momentos, pero es muy complicada la mayor parte del tiempo—.

    Silencio.

    —Misato fue mi tutora antes que tú, por cierto—.

    Silencio.

     —Me duele saber que será una despedida temporal entre nosotros—.

    La niña creyó que había logrado su atención cuando el hombre rió suavemente.

    —Tendrás muchos pretendientes en Japón, tanto que te olvidarás de mí. Te lo aseguro, Asuka—.

    —No me interesa cualquier cosa con un niño estupido. Solo me interesas tú, Kaji. Nunca me olvidaría de ti— Giró sobre sí misma hasta llegar sobre él y abrazarlo.

    —Me halagas, pero no puedes asegurar lo contrario. Investigué un poco y el Tercer Niño Elegido es un chico, su desempeño hasta ahora me hace pensar que es alguien fuerte—.

    —¡Ya te dije que no me interesan los niños, te quiero a ti! ¡Mírame, estoy lista para ti. Hay que besarnos y hagamoslo!—.

    —No digas eso. Eres muy joven, no deberías ir tras de alguien como yo—.
  
    —¡No soy MUY joven! ¡Soy lo suficiente madura!— Arrancó los botones de su vestido y reveló sus sostén—. ¡Mira, no soy una niña!—.

    —Basta— La hizo a un lado y se levantó para alejarse.

    —¡Espera!— Se aferró a su brazo—. ¿Porqué me odias tanto? ¿Porqué nunca miras en mi dirección o eres el primero en hablar? ¿Qué hice para que me odiaras?—.

    —No te odio, Asuka. Creo que no lo haría jamás— Se liberó de su agarre—. Pero nunca alcanzarás la madurez si sigues tras de mí. Encuentra a alguien con quien puedas crecer, juntos—.

    Se alejó sin mirar atrás.

    —¿Y si no lo encuentro? ¿Crees que haya alguien que acepte lo que soy?—.

     —Deberás buscar en dónde estés, Asuka. Para nosotras siempre ha sido difícil encontrar alguien que acepte quienes somos. Ni siquiera yo pude amarte al final—.

    Respondió una mujer con un largo cabello rojo, sujetando un muñeca en sus brazos.

    —¿Mamá?—.

    El entorno se distorsionó hasta convertirse en un gris día de la infancia.

    —Ésto es algo que supera la ficción. El experimentador se convirtió en el conejillo de Indias, en su propio monstruo—.

NGE: Modo Berserker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora