Capitulo 12

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Llegaron al local en donde vendían las pizzas más deliciosas de Corea, era un lugar increíble, porque además de ser barato, era demasiado agradable. Les dieron una mesa para dos, ordenaron una pizza hawaiana y ahora se encontraban esperándola.

—Esto es un poco raro— murmuró Seungmin mientras jugaba con su brazalete.

— ¿Por qué?

—Siempre me has molestado, pero ahora estamos cenando juntos —suspiró— No sé, es extraño.

—¿Prefieres que siga molestándote? —habló mientras miraba cómo jugaba con el regaló que él le había dado.

— ¡No no, es eso! — negó con las manos— Olvídalo, así está mejor.

Minho le tomó de la muñeca sin permiso y sonrió —Esto es realmente lindo — se refería al brazalete.

—¿No dijiste que era feo?

—Retiró lo dicho —se encogió de hombros— Me gusta.

—Gracias, me lo obsequió alguien muy importante para mi— apartó su mano— Vale oro.

Él pelinegro estaba por contestar, cuando oyó la voz de su mejor amigo acercándose y maldijo en un susurro por aquello.

— Pero mira a quienes tenemos aquí— habló al mismo tiempo que se sentaba a su lado y Felix al de Seungmin— ¿A caso están teniendo una cita?

—Claro que no— respondió con mal humor.

— Hola Felixie— Seungmin le saludó con dulzura.

—Me alegra que estén aquí, hagamos cita doble— dio pequeños aplausos con emoción.

—No es una cita— aclaró Lee, pero no le hicieron mucho caso. Solamente se dedicaron a comer de la pizza que ellos habían pedido, mientras platicaban entre sí, dejando algo incómodos a él y a Seungmin.

— Compren su propia comida— habló con molestia— Largo de aquí.

— Ay, que es envidioso eres— Lix rodó los ojos— Me caes bien mal.

—Está bien Lixie, come lo que quieras— contestó el amable Seungminnie.

Minho estaba tan enojado, aquellos dos idiotas estaban arruinando su cita — o tal vez no lo era— pero aún así, él quería aprovechar para ganarse a Seungmin.

— Vamos, te llevaré a casa — se levantó y tomó al chico de la mano, quien rápidamente se levantó y se despidió de su mejor amigo.

— ¡Nos vemos en clase! — salieron del lugar y él pelinegro estaba totalmente frustrado.

Seungmin pudo notar que su actitud había cambiado, así que supuso que estaba molesto o avergonzado porque le habían visto con él.

— Oye, si no querías que nos viesen, simplemente no me hubieses invitado aquí y listo— habló con un poco de desánimo.

—No, no es eso— aseguró— No entenderías.

Él solo se limitó a asentir y sin decir nada más, camino hacia la motocicleta del pelinegro, esté le siguió y prendió el vehículo para seguidamente subir.

—Sube con cuidado.

—Sí, no soy torpe — respondió de mala gana, pero otra vez lo hizo mal, haciendo que, ahora si, él pelinegro se fuese de lado y cayera al suelo, pero por suerte, la motocicleta no le cayó encima.

— ¡Ay, dios mío! — se llevó la mano a la boca en señal de sorpresa y se agachó para ayudarle— Lo siento, disculpa, soy tan torpe... perdóname.

Él pelinegro que se encontraba en el suelo, solamente soltó una risita y asintió — No te preocupes— aceptó su ayuda para levantarse.

—Es mejor que tome un taxi, lo siento mucho — habló con la cabeza gacha. Solamente estaba esperando el momento en el que Minho le soltará algún golpe o grosería, pero eso no sucedió.

—Tranquilo, está bien — se sacudió la ropa— Solo hazlo de nuevo, pero impúlsate del posa-pies y después subes.

Seungmin tenía tanta vergüenza, se sentía realmente tonto al no poder subir a una simple motocicleta, pero hizo lo que aquel le dijo y para su suerte, pudo hacerlo. Minho arrancó sin decir nada más y él se sostuvo una vez más de sus hombros.

Lee siempre manejaba con velocidad, pero aquella vez, estaba yendo lento, no quería llegar tan rápido y mucho menos quería asustarlo. Sentía tantas cosas bonitas al saber que estaba llevando al chico de sus sueños con él, podía ser algo insignificante, pero con el simple hecho de que estuviese encima de su motocicleta, tomándole por los hombros, le hacía sentir feliz.

Por otro lado, Seungmin sentía que Minho no era tan desagradable cuando no se comportaba como un patán, de hecho, le caía un poco bien y si seguía así, tal vez, podrían llegar hasta ser amigos... todo se puede, ¿no?

— Gracias por traerme, no olvides que mañana volveremos a estudiar— le recordó.

— Agh, ¿es enserio? — fingió que no quería, cuando estaba muriendo por volver a verle.

—Si, tienes que sacar una buena calificación en el próximo examen— se quitó el casco— O defraudaré al profesor.

Bueno, saber que solo lo hacía por el profesor le causaba desánimo, pero no importaba, lograría hacer que Seungmin se sienta cómodo con su compañía.

—Vale, te veo mañana— contestó y sin más, se marchó.

Definitivamente aquella era una de sus mejores noches, porque había estado cerca de Seungmin sin necesidad de molestarlo. Ojalá hubiese hecho eso desde el principio... así las cosas serían más fáciles, pero por mientras, seguiría enamorándolo como el chico misterioso de las cartas.

Gracias por leer<3

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