Capitulo 34

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Era la primera vez que se esmeraba tanto para que algo le saliera bien, llevaba más de una hora y media en la cocina preparando un increíble y delicioso pastel de cumpleaños para Minho. Realmente se estaba esforzando

para que le quedara perfecto, pues quería que realmente le gustara al pelinegro, pero él no tenía idea de que a Minho le fascinaría hasta lo más simple si viene de él.

Y en especial, algo hecho sus hermosas y pequeñas manos.

Él amor era como un postre; dulce y lleno de colores, o al menos así es como Seungmin lo veía. Porque a pesar de que al principio no fue lo que espero, terminó sorprendiéndose demasiado al conocer el verdadero corazón y alma de Lee, él tenía unos sentimientos tan puros y lindos.

— Cariño, debes ir a la cama —le dijo su madre que había ido a la cocina a tomar agua— Es tarde.

—Si lo sé, sólo voy a terminar esto —contestó sin mirarla, pues su atención estaba en el postre.

Ella sonrió dulcemente y se acercó para acariciarle la espalda —Me siento contenta de verte así, tan enamorado.

Él se sintió un poco apenado al escucharla decir eso pero es que, no era nada más que la verdad y lo sabía. Estaba muy enamorado de Minho, no importaba cuánto tiempo tenían saliendo, sentía que ya tenía años... eso era lo que él amor hacía y le gustaba.

—Espero que le encante —besó su sien y se marchó para ir de nuevo a su habitación.

Después de un rato, Seungmin terminó el pastel y lo metió en el refrigerador con cuidado de no dañarlo. Se lavó las manos, el rostro y se cambió de ropa para acostarse en la cama a dormir, no sin antes mirar el último mensaje que Minho le había mandando y con una gran sonrisa cerró los ojitos.

Al día siguiente, se había levantado con toda la actitud, se dio una ducha y se arregló hasta sentirse muy bonito. Metió el regalo del pelinegro en una cajita que él mismo hizo, tomó el pastel y le pidió a su madre que lo llevara a casa de Minho, claro no sin antes avisarle a esté si estaba bien que vaya y obviamente él le respondió que si.

— Te quedó hermoso, cariño —le dijo respecto al pastel.

—Gracias mamá, realmente me esforcé mucho.

— Eres tierno —contestó sin dejar de mirar su camino y él arrugó la nariz al escucharle.

Finalmente llegaron a casa del chico, quien ya se encontraba fuera esperándolos, así que Seungmin bajó junto a su madre que solamente le saludaría y después se iría.

— H-hola, señora Kim —habló Minho con nervios— Un gusto conocerla.

— ¿Así que tu eres ese chico que tiene a mi bebé muy enamorado? —arqueó una ceja.

— Eh, pues si... soy yo.

—Me alegra conocerte —le sonrió finalmente— Ahora entiendo porque Seungmin está en las nubes por ti, eres muy guapo.

—¡Mamá! —exclamó Seungmin.

—Sólo dije la verdad —soltó una risita— Feliz cumpleaños, Minho.

—Muchas gracias, señora Kim —le agradeció y ella se despidió para después marcharse en su automóvil.

Minho miró a Seungmin con fascinación, pues cuando creía que ya no podía verse más hermoso, él le seguía sorprendiendo demasiado. Esa tarde se veía demasiado precioso, parecía un lindo angelito caído del cielo y lo mejor que pronto sería suyo.

—Me hiciste un pastel, muchas gracias —se lo quitó para él llevarlo y ambos entraron al interior de la casa. Dejó el pastel en la mesa y ahora si, abrazó con todas sus fuerzas al rubio.

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