Separados (Libro #1)

Relación rota🏁

C A P Í T U L O 8🥀

{Daemon Moore}

Cesar está más que ebrio, se ha quedado dormido en la parte trasera de mi auto, conduzco hacia su casa, saco las llaves de sus bolsillos y a rastras lo subo hacia su habitación, lo dejo en su cama y apago las luces antes de salir de la habitación.

La voz del padre de Cesar me hacen salir del trance en que me encuentro, bajo el último escalón antes de acercarme, el señor Miller sostiene entre sus manos un vaso de whisky.

— Mi hijo nunca cambiará. Siempre ha sido un desastre, no ha importado mi esfuerzo, nunca sacaré nada bueno de él.— suelta sin mirarme, su mirada se encuentra perdida en el ventanal que conduce al jardín de su casa, las luces de la piscina son lo único que iluminan su hermoso y cuidado jardín.

— Nada de lo que le diga, usted lo tomará en cuenta, piensa que soy un muchacho al igual que su hijo.— este niega.

— Te equivocas muchacho, has cometido errores, pero eso no quita el hecho de que seas excelente en todo lo que haces, eres un orgullo para tu padre.— da un trago a su bebida. — en cambio, Cesar, lo único que ha hecho es darme dolores de cabeza.

— Lo hace porque quiere ser como usted, actúa según lo que ve, usted y yo sabemos a la perfección sobre que me refiero.— sabe que no ha sido un buen padre, Cesar ha tenido que ver como abusa de su madre en todo el sentido de la palabra, eso a jodido a Cesar.

— No he sido el mejor, en eso estoy de acuerdo, sin embargo, no quería que mi hijo tomara el mismo ejemplo.— se acerca a la barra y sirve más de su bebida.

— Fue su deber enseñarle que era lo debido y que no, Cesar es inteligente, pero su mente es fácil de manipular, se deja llevar por lo que ve, no por lo que quiere, hace lo que cree que es correcto, no lo que realmente es.— el señor Miller asiente.

— Puede ir a la cárcel.— toma otro trago y sostiene su vaso con firmeza.— tal vez merezca ir allí, ese será el único lugar donde él aprenderá que es la vida realmente.

— ¿Qué hay de Isla?— menciono a la castaña, tengo miedo de que puedan hacerle daño.

— No haré nada en su contra si es lo que te preocupa, descarté la posibilidad de que sea ella quien ande detrás de todo esto, no es tan tonta como para meterse en la boca del lobo.— trago saliva.

— Gracias por estar ahí para mi hijo.— deja su vaso a un lado y se acerca para palmear su mano en mi espalda.

— Quiero a Cesar, es mi amigo después de todo.— sonrío sin mostrar los dientes.

— Buenas noches Daemon.

— Hasta luego señor Miller.—  me despido para salir del lugar.

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Bajo de mi camioneta, Megan me espera en la cafetería que hemos acordado, al verme sonríe con dulzura, suelto un suspiro antes de acercarme a su mesa.

— Pensé que no vendrías.— deja en su bolso un pequeño espejo el cual sostenía hace a penas unos segundos.

— Perdón, tuve que pasar por la farmacia a comprar algunas cosas.— miento, Megan no sabe que vendo ciertas porquerías, eso sería un motivo para joderme, no le daré ese gusto.

— ¿Y bien? ¿Para qué querías verme con tanta insistencia?— se cruza de brazos, el mesero se acerca, toma nuestras órdenes y se retira de nuevo.

— Ambos somos adultos, pienso que la mejor manera de aclarar esto que ambos tenemos es conversando como tal.— asiente.— necesito que terminemos esto que tenemos.— mi petición cae como balde de agua fría, las facciones de su cuerpo cambian por completo.