Devuelta a la realidad🏁

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C A P Í T U L O 31🥀

Los días pasan y con ellos nuestras vacaciones, pasamos todo el día en el agua, disfrutando de nuestro último día en este hermoso lugar, Liam y Rachel se marcharon al medio día, Daemon y yo preferimos irnos ahora en la noche, es mejor y así disfrutamos lo que queda del día juntos.

Me encuentro dejando mi maleta en frente de la puerta de mi casa, Daemon se detiene frente a mí, su cara no refleja nada de satisfacción con que regresemos, pero debemos volver, en unos días será la graduación, hay cosas que resolver aquí y hacernos la idea de que ya aquellos días terminaron.

 — Prometo colarme por tu balcón, todo para dormir abrazado a ti, no me culpes, ya me acostumbré a tu calor, olor y cuerpo, es imposible hacerme la idea de que ya no dormiré junto a mi felicidad.— hace un puchero, se ve adorable, no puedo evitar soltar una carcajada ante su ocurrencia.  

— También extrañaré tu calor, tus besos, pero sobre todo el buen sexo de madrugada. — ahora es él quien suelta una carcajada ante mi confesión.

— Ahora resulta que eres más pervertida.—niega con una sonrisa.— bueno, ve adentro, tus padres deben estar esperándote.— deja un corto beso sobre mis labios.

— Me debes una cena, no lo olvides.— sentencio sosteniendo mi maleta.

— Pronto cenaremos con mis padres y hermanos.— guiña un ojo y camina hacia su camioneta, espero a que se estacione y entre a su casa para yo entrar a la mía.

Arrastro mi maleta por el piso de madera, cierro la enorme puerta blanca detrás de mí, al girarme el escenario que veo me desconcierta, todo está hecho un desastre, cuadros rotos, los estantes, algunos lujos, vajillas, es como si un ladrón se hubiera metido a la casa.

Continúo caminando con cuidado hasta adentrarme en la sala principal, Dave se encuentra sentado en uno de los sofás, en una de sus manos sostiene una botella de whisky, su camisa tiene varios botones sueltos, sus ojos están hinchados y rojos, por tanto, llorar. Corro hacia él dejando caer la maleta, sostengo su rostro con mis manos, pido que me vea a los ojos, pero se encuentra neutro, no dice nada.

— ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás así? ¿Por qué la casa está así?— sigo sosteniendo su rostro, no me mira, su mirada se encuentra perdida.

— Nos engañó, Isla, jodió esta familia o lo que quedaba de ella.— da un trago de la botella y con la manga de su camisa limpia los mocos que corren por su nariz.

Inmediatamente, pienso en mi padre, suelto a mi hermano y subo hacia la habitación de mis padres, mi madre se encuentra tirada en el suelo, sostiene una foto de nosotros, su maquillaje está corrido, sus ojos parecen pelotas por su notable hinchazón, su pelo es un desastre, su bata de seda está arrugada, se encuentra en una esquina de la enorme habitación sosteniendo la polaroid.

— ¡Mamá, mami!— me arrodillo quedando frente a ella, me mira, pero no dice nada, solo veo sus lágrimas correr por sus mejillas.

— Tu padre nos mintió, siempre lo hizo, nos vio la cara a todos.— observa la polaroid.— tiene otra mujer, me engaña con una reportera, tiene el mismo tiempo con ella que tiene conmigo.— pasa las manos por su cabello.

— ¿Qué?— es lo único qué logro articular, no puedo creer nada de lo que acaba de confesar.

— Lo que escuchaste, me ha engañado.— seca algunas lágrimas de su rostro, el cual se ve triste y apagado, nunca en la vida me había dolido ver a mi madre de esta manera, creo que eso ocurrió una sola vez y fue con la muerte de mi hermano.

— Entonces, lo vamos a asumir con la frente en alto, quiero que te levantes del suelo y seques esas lágrimas, no lo merece mamá.— me levanto y le ofrezco mi mano para que se levante, de solo verla en ese estado siento que en cualquier momento me derrumbaré a su lado y eso es algo que no puede pasar, no al frente de ella.

Separados (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora