¡Esto es más que épico!

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C A P Í T U L O 21

Observo a Daemon, este está a mi lado, sostiene una copa de vino en sus manos mientras observa hacia el hermoso lago, la luz de la luna ilumina sus aguas, Daemon es lindo, sexy, su cuerpo es fornido, su hombría resalta, con solo verlo sabes que es perfecto para ti. No solamente por su aspecto físico, también por su forma de ser, es un caballero, el poco tiempo que llevo a su lado ha sido favorable para darme cuenta de eso.

- Lo siento.- digo sacándolo de sus pensamientos y rompiendo el silencio a la vez, detallo el brillo de sus ojos al escucharme.

- ¿Por qué te disculpas?- pregunta confundido, deja la copa a un lado y vuelve a girarse para verme.

Suelto un suspiro y relajo mi cuerpo.

- Por haber sacado conclusiones sobre ti sin conocerte, siento la necesidad de pedirte una disculpa, por eso, saber que lo he hecho me hará sentir bien conmigo misma.- sonrío, él sonríe conmigo, pero su sonrisa es genuina cargada de cariño.

- No tengo nada que perdonar, pero si eso te hace sentir mejor, pues te perdono.- toca mi nariz haciéndome reír por su ocurrencia.

- Estás loco.- niego, su mirada está cargada de diversión.

- ¿Te gustan las cosquillas Isla?- me mira con curiosidad, no espera una respuesta cuando ya lo tengo abalanzado sobre mí haciéndome cosquillas, me retuerzo bajo su cuerpo al recibir tantas cosquillas, no paro de reír, mucho menos de llorar por culpa de la risa.

Me levanto y corro hasta estar cerca de la cama, con ambas manos intento detenerlo, este se queda a una corta distancia de mí, mi respiración se encuentra agitada por culpa de las cosquillas.

- Detente, por favor.- pido a penas audible, este ríe por verme tan débil.

- Eres muy llorona Isla, no resistes nada.- niega mientras se acerca más a mí, retrocedo hasta que caigo sobre la cama, ahora me encuentro en una posición vulnerable, no tengo forma de defenderme.

Por la forma en la que he caído a la cama, uno de mis senos se ha salido de la bata de seda, tengo las piernas entre abiertas, puedo sentir como mis tangas están en su visión, intento componerme para arreglarme. Daemon me mira con lujuria, he despertado en él algo más, es lo esperado, pues mi imagen deja mucho que decir en estos momentos.

- Creo que iré a mi habitación.- carraspea Daemon, su mirada sigue pérdida en mis senos, cierro mis piernas y trato de acomodar el vestido.

- Daemon...- su mirada conecta con la mía.- si quieres hacerlo, hazlo.- me levanto de la cama y me acerco a él.

- ¿Qué quieres que haga Isla?- sus manos atrapan mi cintura y aprieta levemente esta.

- Lo que tu mente pide a gritos en estos momentos.- susurro cerca de su oído.

Me mira fijamente como si buscara mentira en mis palabras, acerca sus labios a los míos y roza estos causando una tortura en mí, mis manos suben hacia su nuca y lo acerco a mí intentando que profundice nuestra cercanía, sentir sus labios es todo lo que necesito en estos momentos.

Me dejo llevar por el momento, por el deseo, por la tentación y soy yo quien se abalanza sobre sus labios, lentamente muerdo su labio, espero una reacción de su parte, este responde a mi beso, aprieta mi cintura, nuestros labios se acarician con ternura, no existe desesperación, todo lo opuesto.

Siento cariño, sinceridad en su beso, mis manos viajan hacia su cabello, enredo, mis dedos en su cabello, la suavidad de su cabello, su calor, sus labios sobre los mío, sus manos en mi cintura hacen que el momento se vuelva más intenso, más excitante.

Separados (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora