Capítulo 21: El ataque al silo parte 1

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*Max

El viaje en avión duró solo dos horas. Aterrizamos en un aeropuerto militar cercano al silo, ya nos esperaba un convoy para llevarnos a nuestro destino, sobra decir que los generales no estaban contentos con el retraso. Por poco y hubo golpes entre Ronald y uno de los generales que se puso de pesado a regañarnos. Por suerte, la situación se calmó para finalmente comenzar el camino de una hora y media hasta el silo.

Tuvimos que ir en tres autos diferentes debido a que éramos muchos y para desgracia de Ronald, le tocó ir con Lucia y Martha, me tranquiliza saber que Herman también iba con ellos, junto con varios soldados armados con ametralladoras. En cualquier caso, continuamos nuestro camino al silo y una vez llegamos nos encontramos con algo poco impresionante para lo que se supone que es.

Nos quedamos en una pequeña colina que tenía una vista perfecta de las instalaciones que estaban a dos kilómetros. Era un edificio en medio de la nada, con pintura que solo puedo describir como marrón oscuro y gris, probablemente para mezclarse mejor en la noche. Había algunas personas en la parte de afuera, debido a la distancia no podía sentir su conexión, pero sabía que eran Oscuros ¿Cómo llegué a esa conclusión? Bueno, digamos que los guardias de una base militar de alta seguridad que almacena misiles nucleares no se van a vestir con pantalones cortos y bombachos acompañados de camisas sin mangas.

Estos guardias custodiaban la entrada al silo. Un gran cerco con alambre de púas que estaba vigilado desde una torre por otro Oscuro. También había otros detalles preocupantes. En el suelo desértico el alambre de púas se extendía por unos seis kilómetros, esto para rodear las escotillas que guardaban los misiles a la espera de ser disparados y, según unos cálculos rápidos en mi cabeza, no debe faltar más de una hora para que eso pase:

- Llegan tarde - Dijo un sargento - Puede que a ustedes no les preocupe porque viven escondidos entre las montañas, pero nosotros tenemos familias y...

- ¡Silencio, sargento! - Le espetó el general al mando - Estoy seguro de que hubo una razón de peso para el retraso.

- Entre un ataque en la carretera a lo Mad Max y un cambio de ruta. Pues, no. No hubo retraso - Le dije con sarcasmo al general.

- Lamentamos la demora, pero debemos averiguar cómo vamos a entrar - Le dijo Brenda.

- No será fácil - Dijo el general mientras nos pasaba unos binoculares - Envié a veinte de mis hombres para intentar entrar, pero solo regresaron dos.

- ¿Saben qué elementos manejan? - Preguntó Jordan.

- Dos parecen manejar la tierra y uno el fuego - Informó el sargento - El que está en la torre parece manejar el rayo.

- Esto será complicado - Dijo Herman.

- No tanto - Le aseguré causando que las miradas de todos se posaran en mí - Podemos repetir la estrategia de Marsella - Les dije.

- ¿Quieres hacer un túnel y entrar por debajo? - Me preguntó Daniela.

- No exactamente - Le aclaré - Es obvio que eso no funcionará y podría ser contraproducente. En realidad, quiero hacer un túnel para acabar con los guardias de la entrada, en cuanto al de la torre, pues para eso sí estoy en blanco - Expliqué mientras me rascaba la cabeza tratando de pensar - Porque podría intentar darle con una piedra, pero no sé si logre darle a la primera.

- Y tal vez para cuando lo hagas, ya haya dado la alarma - Concluyó Ronald.

- ¿Y si algún usuario del rayo lo acaba con velocidad? - Preguntó Lucia.

- ¿Y quién lo hará? ¿Tú? - Le preguntó Ronald con desdén - No te daremos la oportunidad de avisarle a tus compañeros.

- No empieces, Ronald - Le advirtió Brenda.

Libro 5 | Saga Elementos | Agua: La Hija del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora