Capítulo 4: Combate en el National Mall

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*Martha

Tres de los desgraciados se lanzaron contra mí, logré esquivarlos sin muchos problemas. Cuando logré ponerme a una distancia segura llamé a la tierra para que se concentrara en mi mano, brazo, pierna y pie. Lancé un golpe con la mano derecha que le dio de lleno en la mandíbula de uno de mis atacantes quien salió volando hasta chocar contra un árbol. Otro sujeto me quiso golpear por detrás, pero puse mi brazo izquierdo en medio para bloquear su puño, también envuelto en rocas.

Lancé otro derechazo, esta vez a sus costillas, mi atacante dio un giro y esquivó el golpe, la mujer con el cigarro en la boca apareció con una espada en llamas que esquivé sin muchos problemas, esto enfureció a la mujer e hizo que me mirara con rabia:

- ¡Te mataré! – Dijo casi gritando.

- ¡Inténtalo puta! – Le respondí de manera desafiante.

Lanzó un tajo a mi cara que detuve con mi mano izquierda, luego lancé una patada que ella bloqueó con su espada. Sin embargo, la hizo retroceder varios metros. El otro tipo volvió, esta vez más iracundo que antes. Comenzó a lanzarme varios golpes directos a la cara, pero no tuve problemas esquivarlos. La mujer con la espada regresó y por poco me corta la mano derecha, si no salto hacia atrás no la cuento.

Retrocedí dando varios mortales hacia atrás mientras la mujer me disparaba bolas de fuego y tajos llameantes, tuve que usar un árbol como escudo para refugiarme de sus ataques. Sentí como se acercaban a mí, pero tuve una idea loca. Formé un guante de piedra en mi mano derecha y clavé mis dedos en el tronco del árbol para luego comenzar a trepar. Cuando estuve a suficiente altura, salté sobre mis atacantes con mi cuerpo hacia atrás y las piernas dobladas como un resorte, la mujer logró apartarse a tiempo, pero el hombre no lo consiguió, cuando estuve lo bastante cerca estiré ambas piernas y conecté una patada doble justo en su cabeza.

El hombre cayó al suelo al mismo tiempo que yo rodaba sobre el pasto y me ponía de pie para recibir a la mujer con la espada. No sentí ninguna conexión venir del hombre, estaba muerto, todavía me preocupaba el otro tipo, el que me atacó primero, pero ahora mismo tenía que concentrarme en aquella mujer:

- ¡Eres una maldita egoísta! – Me dijo la mujer con la espada – Nunca te aceptarán ¿Lo entiendes?

- No hago esto para que me acepten – Le dije y eso causó que se enfureciera todavía más – No gastaré saliva explicándole mis razones a una zorra como tú.

Lancé un rodillazo al estómago de la maldita, impacto directo, la mujer quedó sin aire debido al golpe, luego le conecté un golpe en la mandíbula que la mandó hacia atrás sin muchos problemas. Sentí una conexión llegar por detrás de mí, me giré justo a tiempo para bloquear el puño de hielo de mi tercer atacante, por encima de él se veía la pelea de Daniela y Chang, estaban peleando con uñas y dientes en contra de cuatro de sus atacantes, por suerte tenían el agua del estanque al alcance.

Golpeé al sujeto en el rostro con mi mano derecha, pero este logró mantenerse en pie, decidí burlarme un poco de este pobre idiota:

- Pensé que ustedes no podían iniciar un combate – Le dije al tipo – Siempre pensé que esperaban a recibir el primer golpe.

- ¡ESO ES PARA LOS DÉBILES! – Me gritó el sujeto furioso.

Lanzó una patada con una espinilla de hielo con picos, pero logré bloquear su ataque con mi brazo izquierdo, el cual estaba envuelto en rocas por completo. Cuando los picos de hielo se hicieron pedazos contra mis rocas tomé su pierna y comencé a girar como un trompo. Luego de un par de vueltas lo solté en medio de un giro, el sujeto chocó contra un árbol con tanta fuerza que la corteza se partió, murió al instante.

Libro 5 | Saga Elementos | Agua: La Hija del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora