Capítulo 23: El ataque al silo parte 3

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*Eve

Decir que es complicado avanzar sin saber en dónde se esconden tus enemigos es quedarse cortos. Tuvimos que tener mucho cuidado al momento de avanzar para no alertar a nadie y desatar un tiroteo, pudimos llegar a la cámara del misil con solo seis minutos restantes, pero había unos idiotas armados vigilándolo:

- ¡Mierda! - Maldije en español - Esto será complicado.

- Y eso es decir poco - Dijo Ronald.

- Yo puedo distraerlos mientras ustedes colocan el PEM, pero tendrán que hacerlo rápido - Dijo Leonard y tenía razón, él era el único que podía pasar por esa balacera sin morir.

- De acuerdo - Dijo Ronald y yo asentí.

- Vamos entonces - Sentencié y nos lanzamos contra los mercenarios.

Leo llamó su atención con una serie de giros y vueltas a gran velocidad y los mercenarios no tardaron en ir tras él mientras disparaban sus armas.

Cuando llegamos al proyectil gigante, Ronald comenzó a colocar la carga PEM mientras yo lo cubría. No tuve que matar a muchos mercenarios, porque Leo se estaba encargando de la mayoría. Solo me encargué de algunos rezagados mientras ayudaba a Leo desde lejos, disparando bolas de fuego y quemando a todos los mercenarios que podía con mis llamas:

- ¡Listo! - Dijo Ronald.

- ¡Leo, nos vamos! - Le grité.

- ¿Tan pronto? - Preguntó con sarcasmo mientras esquivaba las balas - Apenas estaba calentando - Y mató a otro de los mercenarios disparándole un rayo al pecho.

Tomamos suficiente distancia y presionamos el detonador mientras nos cubríamos. El PEM detonó y todas las luces de ese pasillo se apagaron. Luego el misil comenzó a soltar algunas chispas que cesaron a los dos segundos:

- ¡Desactivaron el misil! - Dijo uno de los mercenarios por el comunicador que tenía en su oreja - ¿Hola? - Preguntó en el aparato - ¡Mierda!

- Parece que también freímos sus aparatos - Dijo Ronald mientras salía de su escondite - Eso significa que no podrán pedir refuerzos - Una sonrisa algo sádica se formó en su rostro.

- Solo por esta vez estoy de acuerdo contigo - Le dijo Leo - Acabemos con ellos antes de que sean un problema más grande.

- Ustedes dos me van a sacar canas - Dije mientras tronaba mis nudillos - Vamos a matar a esos hijos de puta.






*Jordan

Cuando partimos rumbo al misil lo hicimos con mucho cuidado de no llamar la atención. No encontramos a muchos Oscuros durante el camino, solo algún que otro despistado que no supo qué lo golpeó. Continuamos por los pasillos hasta llegar a la gran cámara del misil y nos encontramos con el enorme cohete, pero había algo raro: Nadie lo vigilaba. Eso nos puso en alerta de inmediato:

- Tengan cuidado - Nos advirtió Amelia - Esto tiene toda la pinta de ser una emboscada.

- Espero que solamente sea un descuido de los Oscuros - Pidió Amy - Cúbranme mientras coloco la carga.

- Apresúrate - Le dijo Amelia.

Mientras esperábamos en estado de alerta máxima noté que Amelia parecía preocupada, así que decidí preguntarle al respecto:

- ¿Estás bien? - Le pregunté.

- Como nunca - Me respondió - Es solo que esta situación me tiene bastante nerviosa.

Libro 5 | Saga Elementos | Agua: La Hija del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora