Capítulo 5: Algo está llamando a Jessica

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*Max

Estaba preparando mis maletas y no me decidía qué zapatos llevar. Sé que estamos hablando del fin del mundo, pero quiero tener el mejor calzado para la ocasión. Mientras luchaba para decidirme caí en cuenta de algo: Cuando tuve relaciones con Daniela no usamos protección. Por suerte no me ha llamado para decirme que llegó la cigüeña, pero no nos podemos confiar demasiado. Entonces pensé en hacer algo que definitivamente no le diré a Amelia, Eve o a cualquier otra persona.

Me puse una chaqueta, me coloqué la capucha y salí de mi casa rumbo a la farmacia más cercana. Mierda, en serio juro que si alguien me reconoce me muero. Llegué y sin decir mucho le pedí a la cajera dos cajas de condones, mientras le pedía al cielo que no hubiese nadie que me conociera dentro de la farmacia. Finalmente, me pude largar de ahí, pagué en efectivo y sin recibir el cambio salí caminando lo más rápido que pude de ese lugar.

Lo juro por mis ancestros, eso fue lo más difícil que he hecho en toda mi vida, hubiese preferido que me castraran con una espada en llamas. Mientras salía de la farmacia choqué con una chica que reconocí al instante:

- ¿Jessica? – Dije nada más verla y me apresuré a esconder la caja de condones en mi chaqueta.

- Oh, hola Max – Dijo Jessica mientras veía la caja que había caído al suelo, mierda olvidé que compré dos – Disculpa, no te vi – Se agachó para recoger la caja y me la entregó, pero primero le echó un ojo y levantó la ceja con una sonrisa de burla – Parece que alguien se quiere divertir con su chica.

- ¡Fue lindo verte! – Le quité la caja de un manotazo – ¡Nos vemos después!

- Tranquilo, no le diré a nadie – Me dijo antes que pudiera irme – Pero con una condición – Dijo de manera burlona.

- Ya veo por qué le gustas a Amelia – Dije rindiéndome – ¿Qué quieres?

- Para empezar: Que dejes las bromas sobre... – Se detuvo mientras se sonrojaba y miraba a otro lado – Nosotras – Dijo en un susurro.

- ¿A qué te refieres con "nosotras"? – Le pregunté de manera burlona.

- Estoy a nada de tomar mi teléfono y enviarle un mensaje a todos.

- Vale, vale, entendí – Dije sintiendo mi corazón en la garganta.

- Bien – Dijo satisfecha – Ahora, también necesito que me respondas ¿Sabes en dónde está la peluquería? – La pregunta me dejó confundido, Jessica no tiene mucho cabello, es más, si soy honesto, pensé que era un chico la primera vez que la vi.

- Eso es fácil – Le dije – Sigue por esta calle y luego gira a la derecha – Le expliqué aún confundido – Si no te molesta que pregunte ¿Qué harás? Porque no creo que necesites un corte pronto.

- Amelia ya sabe lo que haré – Dijo mientras se daba la vuelta – El resto tendrá que esperar para verlo – Y se fue sin decir nada más.

Me dejó muy confundido, pero siendo sincero, me preocupa más lo que le pueda decir a su hermano o a cualquiera con quién hable que me vio salir de la farmacia con dos cajas de condones, espero que cumpla con su parte.




*Jessica

No me tomó mucho tiempo encontrar la peluquería, pero no buscaba un corte de cabello específicamente. Buscaba la tienda de tatuajes que se encontraba en la misma calle, sé lo que muchos dirán: "Eres muy joven para hacerte tatuajes", pero yo les pregunto a ustedes ¿Quién dijo miedo? Siempre me ha parecido algo genial la idea de hacerme un tatuaje. Siento que es una forma de expresar quién eres, mostrarle al mundo una parte de tu personalidad.

Libro 5 | Saga Elementos | Agua: La Hija del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora