CAPÍTULO IX - Lluvia de sangre

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Y allí estaba Wiliam, con una sonrisa sádica, saludándome con la mano, de manera casi espectral, poco a poco alzó su dedo corazon, convirtiendo un saludo en un gesto de insulto; de pronto la tierra empezó a temblar, se escuchó los mismos crujidos del día de las copas amargas, la tierra se estremecía de manera aterradora, las personas empezaron a correr de un lado a otro en busca de sus autos o de refugio. Ashley se aferró a mi fuertemente, los obreros corrieron en busca de refugio, dejando la fosa aun sin terminar de llenar de arena, del interior de la misma emergió una estampida de murciélagos, que volaron en todas direcciones lanzando sonidos incomodos, tía Marge lanzó un grito ahogado tirando del brazo de Susan, la cual manoteaba para apartar los animales alados que se acercaban a ellos, otro temblor estremeció la tierra seguido de un estallido de sangre proveniente de la fosa, todos quedamos bañados del líquido rojo carmesí .

- ¡Larguémonos de aquí! – Gritó Richard tirando de Ashley y de mí.

Giré la cabeza en dirección donde se encontraba Wiliam y ya no estaba allí, se había ido, corrimos hacia el taxi donde nos habíamos transportado, un murciélago pasó zumbando por mi cabeza, otro chocó en la de Ashley para luego retomar su vuelo. Llegamos al taxi y Richard abrió la puerta del copiloto y comprobamos que estaba muerto, varios murciélagos se le habían metido en la boca asfixiándolo, Ashley lanzó un grito ahogado, y de pronto un rayo colisionó contra la tierra seguido de una torrencial tormenta, saboree la lluvia y para descubrir que sabía a sangre, era una lluvia de sangre, la nieve de los alrededores se tiño de rojo, Richard sin pensarlo sacó el cadáver del taxista del interior del auto tirándolo en el asfaltado.

- ¡No se queden allí paradas! ¡Entren joder! – Ordenó Richard encendiendo el motor del auto.

Me metí como una bala en el interior del auto, Ashley hizo lo mismo, el parabrisas estaba teñido de rojo, se activaron los limpia parabrisas que abrieron un surco por donde se podría observar el camino hacia la salida.

- No podemos irnos... - Dije.

- ¿De qué hablas Aline? ¿No ves lo que está sucediendo?

- ¡Tú eres el que no te fijas Richard! ¡Es el entierro de mi madre!

Ashley interrumpió a Richard mientras hacía arcadas y vomitaba en el piso del auto, se oyó un golpe sordo proveniente del techo, lance un grito, olvidando la discusión por completo, subí la ventanilla de la puerta mirando a mi primo de hito en hito, se escuchó otro golpe que hizo agitar el auto, esta vez fue Ashley la que gritó...todo estaba quieto, solo se sentía el traqueteo de la lluvia golpeando el latón del auto, un alarido cortó el silencio como una navaja corta una naranja, y un cuerpo cayó sobre el capo del auto, lance otro grito agitando mis piernas, y sin querer golpee la guantera haciendo que la puertita de esta se abriera revelándonos una pistola que usaría el taxista para defenderse en caso de robos, el auto volvió a agitarse, Richard tomó el arma y disparó en el techo, se escuchó un rugido bestial, y de manera inexplicable, de los hoyos que habían abierto las balas en el techo del auto se deslizaban pequeños chorros a presión de sangre, mojándonos a todos e inundando el interior, mi instinto de supervivencia hizo que abriera la puerta y toda la sangre acumulada se esparramo en la fría nieve del exterior, salimos rápidamente del auto corriendo sin parar, se escuchó un golpe metálico, como cuando se estruja una lata de gaseosa, giré la mirada hacia atrás, para mi espanto, vi una criatura con forma humana, era alto y musculoso, estaba desnudo, su piel era venosa, de su brazo derecho emergía una enorme pinza de hierro, el rostro del hombre era huesuda, se podía ver las protuberancias formadas por el cráneo y sus ojos eran saltones, uno más grande que el otro. La bestia al taxi sujeto con su pinza como si de una lata de gaseosa se tratase, lo partió en dos lanzando ambas partes hacia nosotros, antes de poder gritar el hombre ya se hallaba encima de mí, observándome con sus saltones ojos, uno amarillo y otro rojo, los trozos del veículo colisionaron unos metros más allá, escuché gritar a Ashley. La bestia con su mano izquierda tomó algunos mechones de mi cabello colocándolos al nivel de su torcida nariz para olfatearlos, se escucharon unas detonaciones de balas que impactaron en el brazo izquierdo obligándolo a soltar mi cabello, miré a Richard que corría hacia nosotros seguido de Ashley, traté de liberarme, entonces la criatura acercó su boca que despedía un olor nauseabundo a mi oreja.

- Vendré por ti...y por todos los que quieres... - Dijo con una voz ronca. – Y los mataré a todos...te quedaras sin nada Kilah. -.

Mas balas, esta vez impactaron en uno de los ojos de la criatura, que lanzó un rugido de ira, me deslicé para poder escapar, me coloqué de pie, patiné sobre la nieve y corrí hacia Richard, que me tomó de la mano y emprendíamos el camino contrario a la criatura para alejarnos de ella, tropecé torpemente cayendo a la roja nieve, Ashley ayudó a que me colocara de pie, retomando nuevamente la huida.

Desperté en una espaciosa cama, me senté rápidamente viendo a ambos lados, no reconocía la habitación donde estaba, me percaté que llevaba puesta una camisa de hombre, sentí un leve mareo, froté mi cienes para observar la habitación nuevamente, era rectangular, tenía un sofá de piel negro a mi lado derecho, una enorme televisión frente a mí, del lado izquierdo había un cuarto de baño, un enorme closet y una puerta de entrada doble hoja, las paredes estaban pintadas de beige y marrón. Exhalé para bajar de la cama, toda la ropa que había usado en el funeral estaba tirada en una papelera ¡No fue un sueño! con el dedo pulgar e índice tomé lo que parecía el pantalón, estaba húmedo, chorreaba sangre, lo solté al instante, caminé hacia la puerta, abrí dándome paso hacia una pequeña sala, Ashley y Richard se encontraban sentados en un mini bar, cabizbajos, con expresiones de cansancio, el rostro de mi amiga se iluminó al verme, dejó el cigarrillo en el cenicero y corrió a abrazarme, Richard permaneció sentado observándome con una sonrisa.

- ¿Qué es esto? – Pregunté aturdida.

- Mi habitación de hotel. – Respondió Richard.

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Nota del Autor:

Chicos estoy muy emocionado de haber llegado a este punto de la historia. En capítulo es el preámbulo a todo el pandemonio que se desatará en la trama, es un parte aguas la historia, Aline a partir de aquí se enfrentará con su verdadero destino, espero que les guste y sigan leyendo porque estamos llegando al climax de todo.

Estoy muy feliz porque justo editando este capítulo me llegó la noticia que una editorial está interesada en publicar mi historia. Muy pronto estará en físico y si quieren en sus manos!

El Diario de las Sombras (PRONTO EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora