CAPÍTULO XIII - Zednem ¿Loco?

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- ¿Qué otra cosa encontraste? – Pregunté sin saber por qué.

- Necesito buscar más periódicos de estos. – Soltó Richard inesperadamente.

- Todos los periódicos son esos que están en la sala. – Dije intrigada.

- ¿Dónde estaban anteriormente? – Preguntó Richard excitado.

- En el sótano. – Respondí.

Richard se levantó de la cama y a grandes zancadas salió de la habitación llevándose el periódico, entonces salté de la cama, tomé mi albornos, me lo puse y salí corriendo tras mi primo. Bajé las escaleras como un rayo, corrí a la puerta del sótano, bajé las escaleras que me llevaban a su interior, y lo vi parado frente al estante, moviendo la cabeza en todas direcciones en busca de más periódicos, rodeó la estantería rápidamente continuando con su búsqueda, pero sus pasos por un momento sonaron extraño sobre el parqué de la estancia.

- Richard ¿Qué demonios te sucede? – Pregunté ya con los nervios estropeados.

- Toma. – Dijo Richard facilitándome el periódico que llevaba en una mano.

- Zednem ¿Loco?... El famoso simbolista que reveló al mundo la verdad de quién, bueno, casi quién, era el engendro del diablo hace ya dos años, ha sido internado en el hospital psiquiátrico Lacon de Gran Bretaña, Inglaterra; por un colapso nervioso, aún las causas de este son desconocidas (Artículo completo página 19) – Terminé de leer, vi a mi primo, que me observaba mientras caminaba de un lado a otro en un vaivén, mientras la madera a sus pies crujía de forma extraña.

- Llamaron del departamento de forenses de la policía y, los huesos y sangre que encontraron en la habitación de Anna, pertenecen a ella y...aún no saben qué significa el símbolo que hicieron con sus huesos, yo sí sé. – Soltó Richard caminando más rápido ahora.

De pronto me vi entrando a la habitación de Anna, vi el charco de sangre, vi a mi madre sentada en un rincón, subí la mirada, y vi un símbolo, una cruz, todo se oscureció, caí desmallada.

Volví al sótano, mi corazón latía rápidamente, no podía respirar, no entendía nada, me sostuve de la estantería para no perder el equilibrio ya que mis piernas temblaban, rodee la estantería para llegar a donde estaba mi primo, en ese momento mis pasos cambiaron el tono a uno hueco, sus ojos azules me observaban destellantes, la noticia me había caído como una cubeta de agua fría, Anna, mi hermanita, estaba muerta, no sabía cómo reaccionar, no sabía si gritar de cólera, o tirarme al suelo a llorar, no podía hacer lo último, tenía que pensar qué hacer, necesitaba a mi madre, a mi padre, para que pusieran las cosas en orden, para que hicieran funcionar todo nuevamente, y poder ir tranquilamente a caminar por mi vida ordinaria, después, caí en cuenta que la única persona que podía hacer desaparecer mis dudas estaba loco, no habrían más artículos o libros publicados sobre sus investigaciones, aparté varios mechones de cabello de mi rostro, respirando profundamente.

- ¿Co...cómo sabes lo del símbolo? – Pregunté rescatando mi voz.

- Cuando llamaron para dar la noticia de lo de Anna, enviaron un fax con...con la foto del símbolo hecho con...ya sabes... - Explicaba Richard con un hilo de voz. - ...entonces, busqué los periódicos y en el artículo completo sobre el simbolista, dicen que las paredes de la habitación donde se encuentra recluido...está tapizada de muchos dibujos, todos con el símbolo de...el símbolo que hicieron con los huesos de Anna. –

- ¿Dónde está el fax?

- Arriba... - Respondió Richard en el mismo tono bajo.

Cuando di un paso para emprender mi camino hacia las escaleras, la madera del piso crujió de manera amenazadora, de golpe se escuchó un estallido, y Richard y yo nos vimos cayendo al vacío, hacia un lugar que desconocía. Caí sobre mi espalda, sentí que algo cayó sobre mí sacando todo el aire que había en mis pulmones. Como pude aparté el algo, para percatarme de que se trataba de Richard, que parecía una tortuga sobre su caparazón. Recuperé el aliento y pude ver a mi alrededor, todo estaba oscuro, con ayuda de mi primo me coloqué de pie, observe hacía arriba para vislumbrar la abertura por donde habíamos caído, pasaron unos segundos para que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad, entonces vi los alrededores de la estancia donde nos encontrábamos.

El Diario de las Sombras (PRONTO EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora