CAPÍTULO XXV - Lumgreysers

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Todos nos encontrábamos en silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones, Ashley tenía la mirada perdida, Joseph resoplaba y lanzaba miradas furtivas al agujero, Richard sostenía la pala mientras secaba la sangre de sus heridas con un pañuelo que había hecho emerger del interior del bolsillo trasero de su pantalón, mientras mi mente divagaba por todos los recuerdos de lo que había sucedido hace un instante, cerraba los ojos y veía a la enorme bestia de tres cabezas observándome con sus ojos rojos, veía la cascada de huesos, las cadenas cayendo al suelo, vislumbre el símbolo del linaje Soinnamed Esanatas, Richard se puso de pie, subió las escaleras, giró el pomo de la puerta y esta se abrió sin forzarla, las luces se encendieron de golpe, haciendo que los ojos de todos ardieran, Ashley se levantó de un salto y corrió hacia la sala seguida de Joseph, yo seguía inmersa en mi letargo, todo estaba complicándose cada vez más, la batalla que pensaba librar no sería fácil, todas las criaturas que una vez fueron mitológicas y de ficción para mí, se habían convertido en una cruda realidad, una realidad que por más que cavilaba, se hacía no creíble, pero cada vez que cerraba los ojos y veía cada criatura respirando sobre mí, me obligaba a creer, y replantearme mi destino, me senté para observar el agujero, por un instante me pareció ver una enorme boca con afilados colmillos, sentí una mano sobre mi hombro izquierdo, volví la mirada, tía Marge se encontraba parada a mi lado, me levanté de un salto y la abracé fuertemente sollozando, no soportaría perder otra parte de mi familia, esta correspondió mi abrazo dándome repetidos besos en la frente y mejillas.

Todo mi cuerpo estaba adolorido, el golpe que había recibido por Cerbero me había dejado con un gran entumecimiento, Susan apareció en la habitación de mis padres con una taza de té humeante, se acercó a mi cama donde me encontraba recostada para facilitármela, la tomé con ambas manos para percibir su calor, sorbí un poco y dejé que el líquido relajara mi cuerpo, mi prima se despidió con una sonrisa tranquilizadora, acto seguido apareció Richard, con su brazo izquierdo vendado y algunas banditas pegadas en algunas heridas del rostro dándole un aspecto algo cómico.

- ¿Cómo se encuentran todos? – Quise saber.

- Ashley está dormida en tu habitación en compañía de Douglas, Joseph a lo que se dio cuenta que podía abrir la puerta de entrada salió pitando mientras maldecía, mamá descansa en lo que queda de sofá, y papá fue a por comida. – Respondió Richard sonriendo para tranquilizarme.

- ¿Qué me sucedió?

- En lo que abrazaste a mamá caíste desmayada, te subimos aquí y bueno te dejamos descansar. – Dijo Richard acariciando mis piernas.

- Si suelo hacer eso... - Reí haciendo que me dolieran las costillas. - ¿Qué hora es? -.

- Son las tres de la tarde. – Sentenció Richard riendo también.

- ¿Qué sucedía en la sala mientras estábamos atrapados en el sótano?

- Pues, simplemente apareció Cerberos...

- ¿Simplemente? – Enfaticé sarcásticamente.

- ...Sí, apareció en las afueras de la casa, rugía y golpeaba las paredes, al parecer en busca de algo o alguien. – Terminó Richard de explicar esta vez acariciando mis cabellos.

- ¿Qué sucede?

- ¿Cómo hiciste eso de la patada? – Dijo Richard mirándome fijamente.

- Instinto, lo demás...la fuerza y eso, no tengo idea. – Dije con sinceridad.

Richard sacó una hoja de lo que parecía la página de un periódico, la desplegó para dejar a la vista los párrafos que contenía, extrañada lo observé interrogante, impaciente de que dijera sus próximas palabras.

- Este es un artículo que encontré en internet que habla de un linaje llamado los Lumgreysers – Empezó a explicar Richard con la mirada clavada en el artículo. – El hermano de Trebor Zednem, Bauk, encontró unas escrituras en la habitación del simbolista, y pues las entregó a los medios públicos, los escritos hacen mención del linaje de la luz...

- El que mencionó el oficial Mas... - Razoné.

- ¿Quién?

- El oficial Tremont...pero su verdadero nombre es Mas Ydennek...es una larga historia. – Decía poniendo los ojos en blanco. – Pues me contó que yo descendía de un linaje de luz, que le habían salvado la vida una vez, presumo que ese linaje es del que habla el artículo, habló también del símbolo que los representaba que su significado era luz, sol, amanecer -.

- Este es el símbolo... - Dijo Richard ofreciéndome otra hoja de papel.

Desplegué la hoja que había sido doblada en cuatro partes, la alisé con una mano y desvelé su contenido, trataba de un símbolo, algo parecido al del linaje Soinamedd Esanatas, pero con unas cuantas modificaciones, el circulo era más grande – El sol -, era atravesado por una cruz y llevaba unas ondulaciones que representaban los rayos del sol, bajo él, en letras cursivas, rezaban las palabras "Símbolo distintivo de los Lumgreysers", de pronto, inesperadamente, sentí una gran nostalgia, como si se tratara del reencuentro de dos viejos amigos, dos miembros de una familia que llevaban años sin verse, algo se removió en mi interior, una fuerza acompañada de ternura, me sentía viva, llena de vida, capaz de enfrentarme al mundo entero, sentí la sangre correr rápidamente por mis venas, los genes resonaban en todo mi cuerpo recordando de donde venía, Ydennek me lo había dicho, era luz, y la sangre nunca podrá negar sus orígenes, lo tenía ahora más claro que antes, la lucha no sería banal, tendría su final, alguien saldría muerto hoy o mañana, pero ese alguien sería Wiliam, lo vislumbré tirado en una inmensa oscuridad, inmóvil, mientras la muerte lo observaba como a una presa, caminando en círculos, su rostro palideció reflejando que su cuerpo dejaba de estar vivo, me vi a mi misma pisando su cabeza, triunfante, llena de luz que resplandecía, entonces mi madre apareció tras de mí, vestida con un vestido blanco con una falda que caía hasta el ennegrecido suelo, puso una mano en mi hombro y con la otra acariciaba mi cabello, su rostro parecía hecho de cera, sus ojos verdes brillaban llenos de felicidad y triunfo, sentí su calor caer sobre mis hombros, la muerte desapareció al igual que la oscuridad, aparecimos en una hermosa llanura, de pasto verde y flores salvajes, Luna hizo acto de presencia, deje de sentir las suaves manos de mi madre, volví mi mirada y ya había partido, los ojos azules de la loba me miraban fijamente, centelleantes, llenos de vida, llenos de libertad salvaje.

"Las lobas se convierten en bestias violentas

para proteger a sus cachorros"

- Voy a ganar. – Decreté limpiando mis ojos de las lágrimas que aparecían.

- ¿El qué? – Dijo Richard desconcertado.

- ¡Ganaré! 

El Diario de las Sombras (PRONTO EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora