40. Una Rogers

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JAMES


La cosa se estaba yendo a la mierda. La rubia no sabía nada de las fotos y vídeos filtrados y ya estaba completamente destrozada por la gilipollez que yo le había soltado. Y, como si eso no fuera suficiente, la verdadera bomba para ella y para todos estaba por llegar.

—¡Ahora es cuando Olivia te necesitaba, pedazo de capullo! —me gritó Kyle—. ¡Porque el puto vídeo se hizo en los baños del Roswell High, así que ha sido un alumno quien lo ha grabado! ¡Y tú, como exalumno y abogado, podías entrar y...!

—¿Y qué cojones soluciono yo entrando, Kyle? —lo corté a la defensiva—. Soy abogado, no policía. Yo podré hacer algo cuando tengamos al culpable. No antes. Además, tú eres su puto novio. Se supone que, si ella hubiera visto algo raro, te lo habría dicho a ti, ¿no?

—Ayer... salió rara. Megan me mandó un mensaje para avisarme de que la habían castigado con Dave Marshall. —Mi hermano alzó las manos como si acabase de encontrar la solución—. ¡Megan! ¡Ella sabrá...!

—No, no, no, no —lo interrumpí alzando las manos—. ¿He sido claro? No.

—¿James, puedes ser objetivo y racional por una puta vez en tu vida?

—Meg tiene esta noche la actuación más importante de su vida. Se está jugando su futuro. Si se entera de lo que ha pasado, renunciará a ese futuro por Liv, y entonces será la propia Liv la que no nos lo perdone en su vida.

—Sabes mucho sobre Campbell, ¿no, grandullón? —comentó Cole como quien no quería la cosa.

—Miller, si lo que vas a decir no va a aportar algo, mejor mantén la boca cerrada —contesté—. Al menos, si quieres seguir conservando todos tus dientes.

—Eres un encanto, James. Déjame decirte que estos cuatro años a tu lado han sido los mejores de mi vida —respondió Cole con ironía.

—Lo mismo digo, granjero de Kansas.

—Colorado, capullo, soy de Colorado —gruñó.

—De acuerdo, Cole de Colorado.

Miller puso los ojos en blanco, ignorándome, y se giró hacia mi hermano.

—A mí tampoco me contó nada —dijo—. Pero sé quién puede saber algo.

—Su mejor amigo.

Kyle soltó un bufido.

—¿En serio tenemos que llamar a ese capullo?

—Es mi última opción —declaró Cole antes de ir a por el teléfono de Liv a la cocina. Cuando regresó, se lo ofreció a mi hermano pequeño—. ¿Lo llamas tú o lo llamo yo?

Kyle extendió la mano, lo desbloqueó y se metió directamente en sus conversaciones privadas.

—Vamos a hacer algo mejor.

—Kyle, eso que estás haciendo es ilegal y... —traté de intervenir.

—James, por favor, dile de mi parte a tu mitad abogado que le den mucho por el culo. —Siguió deslizando el pulgar por la pantalla, buscando entre chats, grupos—. Joder... Las fotos han llegado hasta a sus grupos de clase. Tiene el... puto móvil lleno de mensajes de mierda de capullos del Roswell preguntándole que cuánto por una mamada.

—Kyle, deja de ver toda esa mierda.

—¡Prefiero verlo yo a que lo vea ella! —gritó lleno de impotencia—. ¡¿Te haces una idea de cómo la va a dejar todo esto?!

Me di cuenta de que mi hermano amaba a Olivia cuando fui consciente de que el sufrimiento de ella era el de él. Porque, cuando amas de verdad a una persona, la simple posibilidad de que sufra, es capaz de destrozarte por dentro. Pero a Kyle el sufrimiento no lo bloqueaba. A Kyle lo hacía más grande, más fuerte, más peligroso...

Seven Days ✔️ [Seven Days #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora