OLIVIA
Kyle: Cole se lo ha tragado. Mi hermano y Dallas son el verdadero problema.
Olivia: ¿Pensabas engañar con facilidad al abogado de Harvard?
Olivia: Te creía menos ingenuo, Kyle Donovan.
Kyle: Eres insoportable, ¿lo sabías?
Kyle: Tenemos que buscar una solución. Esto tiene que parecer creíble.
Me reí por lo bajo y bloqueé el teléfono. Mi madre escurrió el último plato que estaba fregando y se giró hacia mí con una ceja enarcada.
—¿Qué maldad estás haciendo, Liv? —me preguntó directamente.
Empecé a mover la cabeza al ritmo de Me and Bobby McGee, la canción de Janis Joplin que mi madre estaba escuchando en la vieja radio de nuestra cocina.
—Olivia... —insistió.
—Solo me estoy divirtiendo un poquitito con Kyle —confesé—. Es muy fácil molestarlo. Se cree que estoy loca por él y es un flipado. Mola hacerle rabiar.
Mi madre apretó los labios, intentando no reírse.
—¿Qué le estás haciendo al pobre?
—¡¿Pobre?! —exclamé indignada—. Pobre yo, que soy la que tiene que soportarlo.
—Claro, cariño, porque soportar que te compre un piano es un auténtico suplicio... —se metió conmigo mi madre.
Ambas nos echamos a reír.
—Se ha gastado una pasta —declaré—. Creo, definitivamente, que está loco. Y aún no ha empezado a comprarme la ropa y demás tonterías para que lo acompañe a las galas y a los sitios a los que se supone que tenemos que ir juntos. Va a salirle caro el contrato.
—No seas mala, Liv. La idea de todo esto es conseguir el dinero para que puedas ir a Stanford, no arruinarlo.
Torcí el gesto.
—Mamá, no pienso irme a California —dije firme—. Lo hemos hablado un montón de veces. Allí no tengo a nadie, tú estás aquí y...
—Meg quiere entrar en una academia de baile de San Francisco —me interrumpió mi madre—. Si la aceptan, iríais juntas y...
—Tú te quedarías aquí sola —la corté yo—. Ni hablar.
Mi madre soltó un suspiro. Abrió la boca para replicar, pero la cerró en cuanto sonó el timbre. Megan había salido de la academia de ballet, a la que iba desde pequeña, hacía menos de una hora. Le había mandado un mensaje pidiéndole que no mirara las redes sociales y que viniera directamente a mi casa para que pudiera contarle algo muy importante. Confiaba en ella lo suficiente como para saber que no miraría nada hasta que llegara. Miré a mi madre antes de ir al pasillo para abrirle la puerta.
—Recuerda, a ti te he dicho que estamos saliendo nada más venir. Vamos poco a poco y acabamos de enterarnos de las fotos que ha filtrado la prensa —enumeré como un robot.
Mi madre asintió en silencio. Abrí la puerta. Mi mejor amiga entró en casa como un torbellino.
—¿Puedo quedarme a dormir? —preguntó quitándose su plumífero naranja radiactivo y colgándolo en el perchero—. He discutido con mi padre y no tengo ganas de volver a casa.
Miré por la puerta, viendo que Davis, el chófer de su padre, regresaba al lujoso Mercedes de Benjamin Campbell y desaparecía de Hender Avenue. Me fijé en que Meg todavía iba vestida con la ropa con la que bailaba, cosa que solo podía significar que había salido muy deprisa de la academia. Evidentemente, en vez de llevar puestas las zapatillas de ballet, iba con unas botas australianas de color gris claro. Cuando la miré a los ojos, vi que tenía el maquillaje corrido y me preocupé.
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Seven Days ✔️ [Seven Days #1]
RomansaKyle Donovan, el cantante de Seven Days, ha ido acumulando escándalos, malas decisiones y secretos. Olivia West, la chica que protagonizará su próximo videoclip, tiene muchas preguntas, deudas y problemas. La química entre ellos es indudable, pero t...