9. Una estrategia de marketing

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KYLE


En menos de una semana, el videoclip había acumulado más de doscientos millones de visualizaciones en YouTube y la canción estaba en el número cuatro en la Billboard Hot de Estados Unidos. Sin embargo, para mí no era suficiente. Nunca lo era.

—¿Sabéis lo que significa esto? —Julian dejó una gráfica sobre la mesa que teníamos enfrente—. Esta canción os ha dado una nueva oportunidad. Todo el mundo está hablando de ella. Lo que pudiera pasar hace un año, se ha quedado atrás. Esto —dijo señalando en el proyector las visualizaciones de Invisible— es el presente.

Observé la gráfica de reojo. Todo se había disparado en menos de una semana, la cantidad de reproducciones en plataformas streaming, las peticiones para acudir a entrevistas, los locales ofreciéndonos hacer bolos... Todo había subido. Volvíamos a estar en el mapa, y no supe cómo sentirme al respecto.

—¡Te dije que Invisible era la hostia! —Cole me abrazó por el cuello, casi estrangulándome.

Me lo quité de encima, necesitando ahora más que nunca respirar hondo.

—No podéis bajar el ritmo —nos advirtió Julian—. Tenéis que sacar un par de sencillos más antes de lanzar el próximo disco. Y os queda muy poco tiempo.

—Sí, y ninguna canción —añadió Dallas con incomodidad.

—Mi hermano está trabajando en algo. Podría enseñárnoslo y...

—Lo que estoy haciendo no encaja con Seven Days —lo corté.

—¿Por qué no nos lo enseñas y vemos nosotros si encaja o no? —propuso Julian.

Negué con la cabeza. Mi mánager soltó un suspiro.

—De acuerdo... Pues estáis jodidos. Si no conseguís nuevas canciones en menos de dos meses, Seven Days se va a la mierda. ¿Me entiendes así, Kyle?

No tardé en notar la presión en mi pecho, al igual que no pude ignorar la manera en la que mis pulsaciones se aceleraron y mi cuerpo se llenó de calor. Cerré los ojos, apoyé los codos contra la mesa y traté de relajarme. Me concentré en mi respiración, pero me resultó inútil porque sentía que me estaba ahogando. Noté una mano sobre mi espalda.

—No tienes por qué cargar tú solo con todo el peso del nuevo disco —me dijo Cole—. ¿Por qué no hacemos un par de bolos, vamos a unas cuantas entrevistas, nos movemos un poco y, en unas semanas, intentamos componer algo nuevo entre los cuatro?

—Os arriesgáis a quedaros sin tiempo, ya estamos en noviembre, Miller —respondió Julian—. Vuestro tercer álbum sale en enero.

—Bueno, pero Invisible está dando mucho juego, sobre todo con todas las especulaciones sobre Kyle y Liv —intervino Dallas—. La gente no va a dejar de hablar de ellos tan fácilmente.

—La gente dejará de hablar en cuanto pasen un par de semanas y vean que no están saliendo —declaró Julian—. Conforme ha subido todo, bajará, y volveréis a estar en las sombras. Por eso necesitamos desviar la atención. Queremos que la gente se centre en vuestra música, no en la vida personal de Kyle.

—Pero no tiene nada de malo centrarlo en Kyle. —Dallas cogió la gráfica y señaló la columna de mis seguidores en redes sociales—. En menos de una semana, ha duplicado las cifras de los últimos dos meses. La gente vuelve a quererlo, ¿no es eso lo que necesitábamos? Su imagen está en la mierda, y eso afecta al grupo. Esto puede venirnos bien a los cuatro.

—¿A qué te refieres, Conway?

—Estoy diciendo que, si los vieran juntos un par de veces, públicamente, mantendrían a la gente contenta. Que den que hablar, eso es todo.

Seven Days ✔️ [Seven Days #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora