KYLE
Dos años antes
La última vez que vi a mi padre, estaba lloviendo. Hacía un par de semanas que habíamos lanzado nuestro segundo disco y la acogida había sido increíble, por lo que por aquella época estaba un poco más animado que de costumbre. Salí del Uber que me había traído a la casa en la que me había criado y caminé hasta el porche sin paraguas. Había vuelto a Atlanta por motivos de negocios y no había tenido más remedio que ir a casa de mi padre tras sus meses de insistencia en hablar conmigo.
Toqué el timbre, pero no fue él quien me abrió, sino que lo hizo la señora Lewis, una mujer de mediana edad que había trabajado para nosotros desde que tenía uso de razón.
—Kyle, cielo, fuera está diluviando—me dijo en cuanto entré. Me di cuenta de que su rostro se había llenado de arrugas—. Quítate la chaqueta, debes estar congelado. ¿Quieres que te traiga un chocolate caliente?
Lo cierto era que no sentía nada porque iba colocado, de otra manera, jamás habría vuelto a poner un pie en aquella casa.
—Hola, señora Lewis —la saludé—. No, no se preocupe. No tardaré en irme.
La casa estaba como siempre. Los mismos muebles antiguos y oscuros, las cortinas tupidas, los adornos de cerámica colgados por las paredes, el piano de cola de color marrón oscuro junto al ventanal del salón... Me acerqué hasta él y no me detuve hasta que mis manos acariciaron la madera. Cerré los ojos y vi a mi madre. Visualicé su melena negra, corta y lisa. La manera en la que los mechones oscuros le acariciaban la barbilla cuando movía la cabeza al tocar. Vi sus manos, sus dedos largos y delgados con sus uñas pintadas de color crema. Casi pude oler de nuevo el aroma dulzón de su colonia. Jazmín. Escuché su risa. Joder, cuántos años llevaba sin oírla...
«¿Quieres tocar una canción conmigo, Kyle?».
Me vi sentado a su lado, sentí su cercanía...
—¿Quieres una copa, hijo?
La voz de mi padre hizo que apartara de golpe las manos del piano. Me di cuenta de que el corazón me iba a mil por hora y que tenía la garganta seca. Asentí, incapaz de articular ninguna palabra. Mi padre me extendió un vaso de whiskey. Me lo terminé casi de un trago.
—Has venido —dijo, y sonaba sorprendido.
—Tengo poco tiempo. Mi avión sale en breve —le dejé claro.
—¿Cómo está tu hermano?
—James está bien.
Mi padre volvió a llenarme el vaso. El líquido ambarino se deslizó otra vez por mi garganta.
—He escuchado vuestro nuevo disco. Es bueno.
—Siempre te ha parecido una mierda nuestra música, Arthur. No trates de fingir ahora que te gusta —dije sentándome en el sillón que solía ocupar mi madre.
Sin embargo, no tardé en sentirme incómodo y terminé poniéndome en pie y paseándome por el salón.
—Tengo poco tiempo —le repetí observando de soslayo nuestras fotos familiares—. ¿Por qué querías que viniera?
—Necesito disculparme contigo —respondió—. Lo que hice...
—Me jodió la vida —terminé por él—. A mí. A James. A... mamá.
—Lo sé, y sé que no puedo hacer nada para borrar todo lo que hice.
Solté una risa cargada de frustración.
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Seven Days ✔️ [Seven Days #1]
RomanceKyle Donovan, el cantante de Seven Days, ha ido acumulando escándalos, malas decisiones y secretos. Olivia West, la chica que protagonizará su próximo videoclip, tiene muchas preguntas, deudas y problemas. La química entre ellos es indudable, pero t...