Seven Days ✔️ [Seven Days #1]

2. Tiene que ser una broma

OLIVIA

—Olivia West, acuda al despacho de la directora, por favor —se escuchó a través de megafonía.

Solté un bufido. Miré de soslayo a la profesora de Biología, quien me señaló la puerta con la cabeza para que saliera de clase sin armar alboroto. Me levanté. Estaba a punto de cruzar la última fila de pupitres cuando alguien me hizo la zancadilla. Logré sujetarme a tiempo a una mesa y evitar caerme al suelo.

—Mira por dónde vas, Popeye —se burló Dave Marshall.

Antes de contestarle, me giré para mirarlo a los ojos.

—¿Quieres ver cómo vuelvo a hundirte la nuez y te quedas otros treinta segundos sin respiración, Marshall?

Dave borró la estúpida sonrisa de su rostro y se dejó caer contra el respaldo de su silla.

—Chico listo. —Le dediqué una sonrisa cargada de ironía y salí del aula.

Recorrí el pasillo con calma, puesto que todavía faltaban quince minutos para que terminasen las clases y estaba vacío. Pasé por mi taquilla y arranqué la nota adhesiva que alguien había pegado por la mañana y en la que habían escrito «pringada». La hice una bola y la tiré en la papelera más cercana. En cuanto llegué al despacho de la directora Morales, golpeé la puerta con los nudillos.

—Adelante.

Un olor a menta me envolvió en cuanto abrí la puerta. Para nadie era un secreto el hecho de que la directora estaba intentando dejar de fumar. Se pasaba el día mascando chicles para aliviar los síntomas de abstinencia. Sin embargo, no tardé en percibir el característico olor del tabaco, por lo que deduje que no le iba demasiado bien en su empeño.

—¿Quería verme, directora Morales?

—Sí. Siéntate, por favor.

Me dejé caer en una silla de hierro negro que tenía el asiento forrado con tela rojiza. Junté las piernas y me arreglé la falda, alisándola sobre mis muslos. Miré a la directora, quien estaba bastante concentrada en una hoja de papel que leía en voz baja, moviendo de manera casi imperceptible sus labios pintados de morado oscuro.

—Enhorabuena. —Me extendió la carta que sostenía entre sus manos—. Te han escogido a ti.

Ojeé la carta, completamente perdida. Ni siquiera sabía de qué estaba hablando. 

Leí el principio:

«Nos complace informarle de que Olivia Julie West, alumna del Roswell High, ha sido seleccionada para protagonizar el próximo videoclip de Seven Days. A continuación encontrará un número de teléfono con el que deberá ponerse en contacto para aceptar su participación en este proyecto...».

—Tiene que ser una broma. —Le devolví la carta a la directora—. Es imposible que me hayan escogido a mí. Debe ser un error.

—Lo dudo mucho, Olivia. Esta misma mañana me ha llamado el representante del grupo para asegurarse de que habías sido notificada.

Me removí en la silla, importándome bien poco que el borde de mi falda se doblase. Apoyé mis manos sobre el escritorio de la directora y me incliné hacia delante.

—Mire, creo que no me ha entendido. Yo... no quiero participar en esa tontería. —Forcé una sonrisa que, con lo nerviosa que estaba, tuvo que parecerse más a la expresión de un chihuahua rabioso que a otra cosa—. No soy fan del grupo. Mis compañeras se morirían por ocupar mi lugar. Estoy segura de que...