KYLE
Una hora antes
—¡SON LAS CINCO DE LA MAÑANA, CAPULLOS, ARRIBA!
No comprendía por qué Dallas había tenido que regalarle a Cole un puto megáfono en su vigésimo primer cumpleaños. Había sido en mayo, el veinte, concretamente. Habían pasado cuatro meses desde entonces y el trasto del infierno seguía funcionando, a pesar de que el muy tocapelotas de mi mejor amigo lo usaba a diario. Nos llamaba con él para comer, nos despertaba con él... Hasta lo utilizaba para cualquiera gilipollez como, por ejemplo, avisarnos desde el baño cuando estaba cagando.
—¡SEÑORITAS, MOVED ESOS CULOS, HOY VAMOS A CONOCER A NUESTRA CHICA DE ORO!
Cole siguió gritando por el pasillo. A pesar de que tenía la puerta cerrada, lo escuchaba como si estuviera dentro de mi propia habitación. Enterré la cara en la almohada, gruñendo por lo bajo. La noche anterior me había ido a dormir a las dos de la mañana trabajando con el teclado en una nueva canción. Y lo peor de todo era que había terminado arrancando las hojas y tirando todo lo que había compuesto a la basura porque me parecía una absoluta gilipollez.
—¡KYLE, LEVANTA DE LA CAMA, COLEGA! —Cole abrió la puerta de mi habitación, chillando con el megáfono al máximo volumen.
—¡Tío, bájale voz a la mierda esa! ¡Vas a despertar a todo el vecindario! —le grité lanzándole lo primero que pillé, que vino siendo una zapatilla que tenía debajo de la cama.
Cole la esquivó por los pelos.
—¿PERO CÓMO PODÉIS SER TAN LENTOS LOS DONOVAN? ¡LLEVO INTENTANDO DESPERTAROS MÁS DE MEDIA HO...!
Me incorporé de golpe cuando escuché algo estrellarse con fuerza contra el suelo. Me giré, observando a mi hermano mayor coger el megáfono —ya reventado— del suelo y volver a estrellarlo contra la tarima de madera. Fui incapaz de pestañear mientras veía cómo James destrozaba lo poco que quedaba. Cuando terminó, miró a Cole como si le estuviera perdonando la vida.
—Tío, acabas de cargarte mi regalo de cumple. —Mi mejor amigo contempló los restos de su megáfono con el ceño fruncido.
—Era eso o reventarte a ti la cabeza. ¿Hubieras preferido la segunda opción?
—¿Esperas que te dé las gracias? —Cole miró a James con escepticismo.
Mi hermano dio media vuelta y regresó a su cuarto.
—Tú no sé, pero yo sí —murmuró Dallas, quien apareció bostezando un par de segundos después de que se fuera James. Puso una mano sobre la cabeza de Cole y le dio un par de palmaditas—. El año que viene te regalaré una aspiradora, a ver si la usas tanto como el megáfono y dejas de ser tan guarro.
—No soy guarro, es que tú eres un puto obsesivo de la limpieza —se defendió Cole—. Ves la mierda en tres dimensiones, pelirroja. Yo no tengo la culpa.
Dallas lo ignoró. Yo abrí mucho los ojos cuando la quinta criatura que convivía con nosotros se coló entre los pies descalzos de Dallas. La señalé, cuando vi a ese bichejo asqueroso y peludo entrar a mi habitación.
—¡Eh, eh, la rata tiene prohibido el paso! —Me hice hacia atrás, por si se le ocurría acercarse a la cama—. ¡Sácala o va por la ventana, Conway!
Dallas chasqueó la lengua, avanzó hasta su mascota, quien estaba jugando con los trozos del megáfono de Cole, y se agachó a su lado. Cuando la cogió en brazos, ella agarró un pedazo de plástico con la boca y se lo llevó consigo. Sus dedos, pequeños y terminados en zarpas, rodearon el trozo de megáfono y empezaron a jugar con él como si fuera uno de los tantísimos juguetes que tenía repartidos por la casa. Que tampoco sabía para qué, si la muy cabrona adoraba comerse los cables de la Play y joderme los fines de semana.
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Seven Days ✔️ [Seven Days #1]
Roman d'amourKyle Donovan, el cantante de Seven Days, ha ido acumulando escándalos, malas decisiones y secretos. Olivia West, la chica que protagonizará su próximo videoclip, tiene muchas preguntas, deudas y problemas. La química entre ellos es indudable, pero t...