•five

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Dicho y hecho

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Dicho y hecho.

Miriam y Mei se fueron juntas de la escuela directo a su casa, se despidieron de sus amigas y salieron, fue otro de los muchos paseos divertidos que tenían, tanto que Mei se olvido de los nervios que tenía por llevar justo a Miriam a su casa, estuvo tranquila todo el camino pero cuando llegaron, los nervios volvieron a estar presentes. Entro por el templo junto con la de verde y no vio a su mamá, luego con sus llaves abrió la puerta de su casa.

¿Mamá? — Llamó para poder proveer cualquier movimiento pero nadie respondió, esto fue un alivio para Mei.

Que su mamá no estuviera era bueno, ahora solo tenía que asegurarse de que Miriam no se quede tanto tiempo, por su propia salud mental y quizá la de su amiga también.

Parece que no está. — Levantó los hombros Mei sintiéndose mas tranquila. — Pasa.

¿Pasamos a tu cuarto o en tu mesa? — Preguntó la de trencitas sosteniendo su mochila.

Vamos a mi habitación.

Miriam siguió a Mei todo el camino como había estado haciendo desde que salieron de la escuela, dejándose guiar por ella. Entraron a la habitación de Mei, Miriam estaba curiosa por toda la decoración y las cosas que habían, no iba tantas veces a su casa, se sentaron juntas en la cama, una en frente de la otra y sacaron sus cuadernos y quedaron en que primero Mei copiaría todos lo de esa clase y luego se encargaría de ayudarla con la clase pasada.

Tu cuaderno esta lleno de dibujos. — Soltó una risita Mei al recibir el cuaderno de su mejor amiga.

Si es que a veces mientras el profesor habla hago garabatos en el cuaderno.

Mei sonrió viéndolos, no era nada como lo que ella había dibujado hace un año, tampoco eran garabatos, solo eran estrellas, rayos y muchos, muchos corazones.

¿Tantos corazones?

Creo que lo hice inconscientemente.

Me contaste que una persona te gustaba ¿Verdad? Quizá sea mas serio de lo que crees.

Si... quizá. — Miriam se sonrojo. — ¡Pero no vinimos a echar chisme! Vinimos a concentrarnos en las clases.

Meilin río por su reacción y por ver a su mejor amiga sonrojada, sintió de nuevo esa rara sensación en su estómago pero una vez más, la ignoro de nuevo. Comenzó a copiar lo del cuaderno de Mir, agradecida que a pesar de todo, era muy ordenada pero al pasar unos minutos se dio cuenta de que Miriam no sabía que hacer y solo estaba sentada al frente de ella viéndola.

Si quieres puedes poner música mientras yo termino de copiar lo de tu cuaderno, no me tardare.

¡Gracias Mei!

MOM! || MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora