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Martes, Toronto - Canadá

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Martes, Toronto - Canadá.

Otro día de semana, Miriam se encontraba en su cama después de un día largo de escuela, algo cansada por las horas de clases pero feliz y emocionada, tenía su examen en alto mientras lo observaba orgullosa un “87/100” en rojo podía observarse en la esquina de este ¡Era una de sus mejores notas en matemática! No podía esperar para enseñarselo a sus padres, ellos habían querido que mejorara y sabía que esa nota los haría feliz porque a ella también la hacia feliz, aunque no podia llevarse todo el credito, estaba muy agradecida de que Mei la hubiera ayudado, se sentía tan bien.

Aunque bueno... no fue así durante todo el día, había sido un martes con bastantes emociones como eran sus días últimamente, primero, había estado muy nerviosa por la entrega de su examen, el profesor la había dejado hasta el último y claro que había una razón.

Las emociones siguientes fueron decepción y desilusión, sobre si misma, cuando recibió su prueba en sus manos y vio un 32 casi se desmaya ahí mismo ¿32? ¿Eso era posible? Es decir, ella no era tan buena en matemáticas pero tampoco era para tanto, ni siquiera estaba cerca de aprobar ¿Como era posible eso? No esperaba un 100 pero al menos un 60, no un 32, estaba segura de que lo había hecho muy bien, sus papás estarían muy enojados, estaba tan avergonzada.

Intento fingir frente a sus amigos aunque Mei obviamente se dió cuenta de ello y espero el momento justo para sacarle la verdad, porque bueno... quizá no le quiso decir a sus amigas que sacó un 32 y dijo que tenía un 70.

“Miriam decidió ir al baño a lavarse la cara, estaba palida y solo se estaba poniendo ene evidencia en frente de sus amigas, el ambiente cerca de ella era bastante deprimente ¿Pero como podía sentirse feliz con una nota como esa? Sobre todo después de haberse esforzado tanto, no podía creer que nada hubiera funcionado.

Sintió el agua fría en su cara y suspiró, bien, ya no había nada mas que hacer ¿Verdad? Tendría que lidiar con ello.

Mir.

Miriam abrió sus ojos al escuchar la voz de su mejor amiga entrando al baño, fingio una sonrisa rápidamente y trago grueso.

Mei ¿Que sucede?

Eso debería preguntarte yo ¿Que pasa? Estas actuando extraño. — La mas bajita la miro preocupada y ella no supo que decir, era obvio que se daría cuenta.

¿Yo? Claro que no.

Bien, no era una buena mentirosa, Mei la miro extrañada girando su cabeza a un lado y ella río nerviosa.

Vine aquí por si no quieres decirlo en frente de los chicos pero a mi no puedes engañar, algo te pasa, dime.

Después de ver la expresión de la peliroja solo suspiro, ella tenía razón, no podía engañarla. — Bien, es qué... saque 32 en el examen. — Susurro nerviosa.

MOM! || MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora