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Después de una deliciosa cena y comer sus favoritos junto a sus padres, Mei había intentado dormir temprano, fracasando en el intento

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Después de una deliciosa cena y comer sus favoritos junto a sus padres, Mei había intentado dormir temprano, fracasando en el intento. Había algo que no le permitía dormirse y la tenía donde vueltas en su cama sin dejarla cerrar sus ojos, no sabía que era, pero esperaba que pasara pronto porque le estaba molestando más de lo normal.

Ya debía tener unos treinta minutos dando vueltas y escuchando ruidos de la sala indicando que sus papás aún seguían despiertos, parecía una eternidad. Suspiro volteando la mirada a su reloj "23:34" ya era muy tarde, a esa hora debería estar durmiendo.

Ugh. — Se quejó volteándose nuevamente y cerró sus ojos una vez más.

Se cubrió la cabeza con las mantas y se concentró solo en su cerebro, respirando para poder conciliar el sueño, rogando lograrlo hasta qué...

¡Mei! — Escuchó un grito desde afuera junto con el ruido de su ventana siendo abierta, interrumpiendo por completo su intento de dormir.

¡Ahhh! — Gritó asustada haciendo que el panda aparezca por completo en su cama. — ¿Qué ray- ¿Miriam? ¿Qué haces aquí?

Miriam no pudo evitar carcajear ante la reacción de su amiga, se sentó en el marco de la ventana con sus pies colgando tapándose la boca mientras reía para no hacer mas ruido del que ya habían hecho.

¿Mei? ¿Qué sucede? ¿Por qué gritaste?

Mei se puso aún mas pálida que antes, teniendo miedo de que su mamá descubriera a Miriam a altas horas de la noche, sería muy malo. Desapareció al panda volviendo a convertirse en ella y por el pánico del momento su mejor idea fue... empujarla por la ventana.

¡Nada ma! — Respondió desde su cuarto. — Solo entro un bicho pero ya no está, voy a dormir.

¿Segura que no pasó nada?

¡Si! Tengo sueño, buenas noches.

¡Bien! Avísame cualquier cosa, buenas noches Mei-Mei.

Luego de unos segundos de silencio y en guardia, asegurándose de que a su mamá no se le ocurriera entrar y estuviera lejos, abrió lentamente la ventana.

¿Mir sigues ahí? — Pregunto asomándose, encontrándose a su amiga sacudiendo su ropa.

Que bueno que vives en un primer piso. — Respondió burlonamente, volviéndose a sentar en el mismo lugar de donde la habían empujado.

Perdón pero ¡Dios! ¡Casi me da un infarto! ¿Qué haces aquí tan tarde?

Vine a decirte algo aunque pensé que estarías dormida ¿Por qué no estás dormida aún?

No he podido dormir. — Puchereó Mei frustrada pero reincorporándose inmediatamente. — Pero ¿Qué querías decirme?

Adivina de quién se acerca su cumpleaños.

MOM! || MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora