•twenty-seven

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Viernes; seis días después.

Los días habían pasado lentos pero por fin habían pasado. La semana había sido pesada para la pelirroja, apreciaba mucho la compañía de Logan pero extrañaba a sus amigos, extrañaba como eran las cosas antes.

Pensaba tanto en acercarse, hablarles y pedirles perdón a cada uno pero en su mente se reproducían momentos desastrosos en donde ellos cruelmente la rechazaban, quizá era solo parte de su imaginación pero que no quisieran volver a ser sus amigos nunca más, la aterraba.

Además, aún estaba la duda ¿Cómo podía pedir perdón si aún dudaba de lo que Miriam había dicho? Su mente se dividía en dos personas que quería mucho pero no comprendía porque tenía que elegir. A veces simplemente pensaba en que lo mejor era dejarlo así, sus amigos estarían mejor sin ella aunque sus ojos se llenaban de lágrimas tan solo con esa idea.

Adiós Logan, nos vemos el lunes —se despidió Mei con la mano corriendo lejos de su amigo.

Sin embargo, no todo era tan malo, por el otro lado de la historia su mamá parecía ser mas cercana y cariñosa con ella y aunque aún se sentía extraño, no se quejaba.

Ya no tomaba el tren para ir a casa, ahora ella la venía a recoger en auto y agradecía eso porque el camino no era tan triste y solitario de esa forma. En su mente se reproducían los momentos en donde se divertía con sus amigas y como siempre la acompañaban.

¿Ese era el precio que tenía que pagar para estar bien con su mamá? ¿Dejar a sus amigos?

Corrió hacía el auto que tan solo estaba fuera de la entrada principal, desde lejos la pudo observar a su mamá sonriéndole y se apresuro aún más sin fijarse por dónde iba.

Auch —sobó su cabeza después de un impacto, claro, por cómo corría era de esperarse que se golpeara con alguien—. Perdón.

Se disculpó sin ver quién era la otra persona sobando su cabeza, aunque luego de un rato pudo averiguarlo.

Hola Mei —saludo con una ceja levantada y seriamente la chica con la que había chocado.

Hey Priya —respondió nerviosa—. Lo siento, me tengo que ir.

Wow ¿Quién lo diría? —soltó una risa falsa—, ¿Ahora me evitas?

Yo- lo siento, de verdad, me están esperando.

Sin saber que más decir, Mei intentó pasar al costado de su “amiga” evitando algún choque y el contacto visual. Escapando, en otras palabras.

Pensé que ibas a en tren, no que tu mamá te recogía.

Mei suspiró, sabiendo que simplemente no podía huir y lo mal que se estaba portando. — Lo sé, se ofreció a recogerme esta semana.

Priya le dedicaba una mirada tranquila, pacífica que Mei no podía leer. Ella siempre era tan seria y tranquila, tan impredecible que la asustaba, pero eso siempre fue lo característico de ella y siempre le gustó que su amiga fuera así. — Lo siento Priya.

Sintió la necesidad de decirlo pero luego escucho una risa algo sarcástica, corta pero no la hirió, de alguna forma, se lo esperaba.

Creo que no soy yo a quién debes pedirle perdón ¿Verdad?

Tenía razón.

¿Crees que me perdone?

Creo que merece que lo intentes.

MOM! || MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora