Luego de casi 4 horas, con las manos arrugadas por el agua, y enormemente cansada, Luciana no se molestó en despedirse de Margot y Nausica, quienes todavía limpiaban el piso con trapos, en silencio y bajo la atenta vigilancia de Elma.
—No llegues tarde mañana y recuerda que aquí vienes a trabajar —le recordó con fastidio, la muy desalmada anciana.
—Sí, señora —dijo en lugar de "por favor, cállese, déjeme en paz y coma mierda, si no es mucha molestia".
—Vete ya.
Inhalando el dulce aroma de la libertad, Luciana salió de la taberna.
Maldición, le dolían los pies y las manos; los párpados le pesaban. Mejor no hablemos del estado de su cabeza. Y el sólo pensar que a estas horas de la noche iba a tener que ir directo hacia la Casa de Aries... sitio no precisamente cercano, y eso, a ver si Gateguard de Aries no ya habría desechado la idea de tenerla consumiendo su espacio... arg, en serio... no tenía ganas de escuchar más gritos.
«Oh poderoso Zeus, dame una señal...» caminando, perfectamente agotada, hacia el Santuario en medio de lo que debería ser la madrugada del martes, Luciana alzó la vista al cielo, sintiéndose un poco desanimada, «¿debería considerar saltar desde el barranco de Cabo Sunión?».
Dicen por ahí que "debes tener cuidado con lo que deseas".
Luciana no se dio cuenta del momento en el que fue atrapada por la espalda (sus ojos y boca fueron cubiertos por unas manos) y en menos de un segundo, fue transportada adentro de un espacio sumamente grande y oscuro. Un templo.
Mareada por el repentino cambio de escenario, Luciana de inmediato se hizo a la idea de que había sido secuestrada. ¿Las razones? Ninguna con sentido, ¿qué podría ganar alguien llevándosela a ella? ¿Dinero? Luciana apenas tenía para sobrevivir día a día, aunque tuviese unos pocos ahorros, eso (ni de chiste) no cubriría un rescate. ¿Violarla? ¿A ella? ¿Una mujer anciana y gorda? ¡Vamos!
Sus rodillas y palmas de las manos resintieron el golpe luego de que su alto captor la dejase caer sin la menor pizca de delicadeza.
Ella, creyó que vomitaría no sólo por el brusco movimiento de un segundo sino porque no había tomado bocado desde hace horas, lo que le ponía un poco mal, y pensando qué podría vomitar.
Prometió no volver a nombrar a los dioses por cualquier tontería.
Luego de caer al piso y quejarse del dolor por eso, permitió que su cuerpo se rindiese y se acostase por completo. Estaba demasiado agotada como para levantarse, intentar correr lejos, gritar, arrodillarse y suplicar por su vida.
¡Sin embargo, tampoco quería morir!
—Por favor, no me mate... —se lamentó por lo bajo, creyendo y usando su paranoico sistema de eliminación de trágicos destinos, que había sido seleccionada para ser sacrificada en un ritual extraño.
Con el corazón en la mano, Luciana cerró los ojos, temiendo lo peor.
—Qué sea rápido, qué sea rápido, qué sea rápido —farfullando bajo y entre dientes, cerró fuerte los puños también, esperando un golpe o un grito.
Las pisadas de su captor llegaron hasta que estuvo cerca de su cabeza. Entonces sintió unos picoteos en su sien derecha provenientes de del dedo de una mano.
—Nadie va a matarte, cálmate un poco.
Con el alma volviéndole al cuerpo, Luciana abrió un poco los ojos.
«Esa voz» frunció el ceño—. ¿Gateguard de Aries? —alzando la cara hacia donde había oído la voz, pudo encontrarse con el santo en cuestión. Él estaba con una rodilla flexionada y la otra pegada al piso, mirándola como si ella fuese la loca.
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ℭ𝔢𝔯𝔳𝔢𝔷𝔞 ℜ𝔬𝔰𝔞𝔡𝔞 | 🔞
Fanfiction『Gateguard x Luciana』Cada noche, Gateguard de Aries visita la misma taberna de Rodorio; ahí, él pide el mismo platillo y el mismo tarro de cerveza, pero de rara vez come o bebe. Luciana, a su edad de 30 años, cree tener sus hormonas bien contenidas...