Sintiendo un metafórico balde de agua fría cayendo sobre su cabeza, congelándola por completo, Luciana hizo una mueca que mostraba a la perfección su fastidio. En sus sueños, ella no dijo nada de eso.
Sí, dijo: "nuestra hija te necesita", pero no que el padre de su hija iba a ayudarlos.
¡Ella no tenía hijos!
»Cuida de nuestra hija —había dicho el oneiroi.
¿Nuestra hija?
¿Su hija?
¿Ella tenía una hija? ¡¿Tenía una hija con el oneiroi y no lo sabía?! ¡¿Del oneiroi por el cual no sentía nada?!
Levantándose de golpe, todavía mareada, decidió encarar a Gateguard de Aries.
—Espera, estar frente a un dios en su reino, no es nada sencillo; aún estás muy débil —Sage de Cáncer la sostuvo cuando ella se paró de la cama y por poco cayó debido a lo temblorosas que estaban sus piernas.
—Debo... buscarlo —dijo sosteniéndose la cabeza.
Ese brusco movimiento la había mareado demasiado.
—Mañana lo harás —el hombre albino quiso ayudarla a sentarse, pero Luciana negó con la cabeza.
—No —espetó haciendo presión en sus sienes—, debo ir ya. Yo... yo no dije...
—Basta, tienes que calmarte.
—Suéltame... no es lo que él piensa...
—No más. No tiene caso que lo busques, con el humor que carga ahora mismo, es mejor dejarlo solo. ¿Por qué crees que se fue?
—¡Pero es un error! —se sujetó a los antebrazos del santo—. Yo jamás he tenido hijos —musitó antes pensar con mucho dolor, «ni siquiera puedo tenerlos» pensó con los dientes fuertemente apretados.
Pero, si lo pensaba bien, era cierto lo que Sage decía. ¿Para qué iría a buscar a Gateguard ahora? ¿Para decirle qué?
Con su cabeza dando vueltas como si acabase de bajar de un tornado, y con sus ideas más que carbonizadas por tanto pensar en lo que le había dicho el oneiroi, quien, supuestamente la conocía, Luciana accedió a dejar de intentar irse.
¿Tenía una hija con él?
¿Sería eso a lo que se refería cuando dijo que le había provocado un daño grande que le orilló a dejarla sin memorias?
Mientras dejaba que Sage la ayudase a acostarse de nuevo, bocarriba, Luciana miró hacia el mueble donde estaba la... supuesta... Cerveza Rosada. Una vez que descansase y su mente volviese a la normalidad, ella misma iba a ponerla a prueba.
Al diablo con lo demás.
—Sage de Cáncer.
—¿Sí? —masculló él, estaba a punto de salir de la alcoba.
—Ese frasco —dijo entre dientes sin dejar de mirar la cerveza—, es mío. Ese oneiroi dijo que me lo debía; no sé exactamente a qué se refería; pero tampoco puedo decir que puedo descubrirlo ahora. Cuando despierte, les diré lo que ocurrió.
Ni siquiera vio el momento exacto en el que volvió a dormirse. De hecho, al abrir los ojos se vio más cansada que cuando decidió a enfrentarse Haidee.
Y... con toda franqueza, no supo si lo que vio en su segundo sueño fue sólo eso, o algo más.
En ese segundo sueño Luciana se vio acostada de lado en una cama raída, maloliente, incómoda... y con un gran dolor en su vientre. Algo resbalaba de entre sus piernas y se dijo acertadamente que era sangre. La cara, los brazos, las piernas, y la espalda junto al abdomen, le punzaban violentamente; la boca le sabía a sangre y apenas sentía que veía con un ojo abierto. El otro, estaba cerrado.
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ℭ𝔢𝔯𝔳𝔢𝔷𝔞 ℜ𝔬𝔰𝔞𝔡𝔞 | 🔞
Фанфик『Gateguard x Luciana』Cada noche, Gateguard de Aries visita la misma taberna de Rodorio; ahí, él pide el mismo platillo y el mismo tarro de cerveza, pero de rara vez come o bebe. Luciana, a su edad de 30 años, cree tener sus hormonas bien contenidas...