Quiso dar punto final a la conversación con eso; incluso había caminado un par de pasos con las intenciones de irse a casa; pero, de un segundo a otro, él la había tomado del brazo derecho para impedirle irse. Su agarre no fue posesivo ni fuerte, fue más bien como si él sólo quisiera aclararle una cosa.
—Te equivocas, no lo sabía, sólo lo predije... tiré los dados y él murió. Yo no le dije qué camino tomar o que no vigilase sus espaldas. Él sólo tuvo muy mala suerte, eso es todo —le susurró con tono de voz tan amenazante, fastidiado y ronco que ella casi gimió.
Eso había sonado bastante bien, pero tuvo que abofetearse mentalmente a sí misma por pensar así en estos momentos. En serio tenía que dejar de reaccionar de esa manera tan... adolescente, cuando él hacía eso. No era culpa de Gateguard de Aries tener una personalidad y un tono de voz tan... suyos.
Vuelve, vuelve. ¿Qué haces? Su razón la colocó en cintura otra vez para seguirlo oyendo. Pateó sus estupideces de solterona de mediana edad y parpadeó rápido, despejándose.
—¿Ah sí? —dijo seria luego de tragar saliva.
—Sí —espetó todavía a sus espaldas—. Deja de intentar culparme. Yo no tengo la habilidad de predecir el futuro, sólo pensé que, si mandaba al bosque a alguien como él, el mundo no lo iba a extrañar si moría. Las posibilidades de encontrarse con el objetivo que buscábamos, eran las mismas que cualquier otra persona, buena o no, tendría en su lugar. ¿Entiendes lo que te digo? Él tenía las mismas posibilidades de vivir o morir que cualquiera de las otras víctimas de ese asesino.
—Son sólo excusas —musitó no tan convencida de su punto.
—¿Estás segura?
No. No lo estaba.
¿Estaría equivocándose y culpándolo injustamente? Gateguard de Aries lo había dicho. Incluso sonaba coherente.
Él hizo que el hermano de Colette huyese del pueblo. Pero no le dijo que se fuese al bosque, ¿o sí?
¿Y si él tenía razón? ¿Y si había sido cosa de suerte? ¿Algo del destino?
De haber tenido mejor suerte que las otras víctimas... ¿el hermano de Colette habría sobrevivido y llegado hasta otro pueblo? ¿Habrían sido los dioses, con la colaboración de Gateguard de Aries, quienes le hicieron pagar por el daño que le hizo a su hermana menor y tal vez a otras personas?
—Aun así... eso no quita que tú...
Sin aflojar ni un poco su agarre, Gateguard de Aries chasqueó la lengua.
—Me asquea que trates de actuar como si fueses la moralidad caminante; tú también pensaste que iba a matarlo.
—¿Cómo? —ella se quedó de piedra ante esa acusación.
—¿Qué acabas de decir hace unos momentos? —aunque ella no lo vio, Luciana supo que los ojos azules de Gateguard brillaron con malicia y hasta sarcasmo.
Sabiendo que él había dado en la diana, Luciana no quiso repetirlo. Por mucho que su moral de papel quisiese, ella no podía negar lo que había salido de sus labios.
»¿No pudiste ocultar mejor tu desastre?
Maldición.
Él tenía razón... al menos en ese punto.
Porque por mucho que ella quisiera negarlo, en el fondo, también consideraba que ese malnacido estaba mejor muerto.
Pero... pero, Luciana no quería mandarlo a la muerte.
Giró su cabeza para mirarlo al fin. Él permanecía con un semblante en blanco.
—Eso no...
—Y, también recuerdo que, cuando te dije, "¿quieres que me deshaga de ese estúpido y no tener que preocuparte nunca más por él?", tú no me preguntaste cómo lo sacaría de aquí, o qué le haría con exactitud. Simplemente dijiste, "haz lo que quieras" —continuó martillando la conciencia de Luciana—. Y por lo que puedo notar, tú también lo querías muerto.
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ℭ𝔢𝔯𝔳𝔢𝔷𝔞 ℜ𝔬𝔰𝔞𝔡𝔞 | 🔞
Fanfic『Gateguard x Luciana』Cada noche, Gateguard de Aries visita la misma taberna de Rodorio; ahí, él pide el mismo platillo y el mismo tarro de cerveza, pero de rara vez come o bebe. Luciana, a su edad de 30 años, cree tener sus hormonas bien contenidas...