—Hagamos esto. No expliques nada aún si no quieres —Luciana ya se aseguraría de conseguir respuestas detalladas más tarde—. Simplemente responde "sí" o "no", ¿te parece?
—Sí.
Muy bien, he ahí un avance.
—¿Sentiste que te golpeé dos veces? —de hecho, fueron tres, pero Luciana no contó el segundo. Estaba muy ocupada preocupándose por sus órganos como para prestarle atención a otra cosa.
—No —musitó él, frunciendo el ceño otra vez—. ¿Me golpeaste dos veces?
—Sí —respondió ella secamente—. Uno, para hacer que me soltaras, y el otro cuando descubrí que estabas haciéndote daño —señaló con sus ojos la mano derecha de Gateguard de Aries.
—Sólo sentí un golpe —murmuró pensativo, mirando atento la cama.
—Bien, siguiente pregunta —inhaló profundo por segunda ocasión en esta nueva conversación civilizada—. ¿Estabas teniendo una pesadilla?
Los ojos de Gateguard de Aries volvieron a verle directamente a los suyos, pero Luciana no se intimidó.
—¿Debo tomar eso como un "sí"? —preguntó una segunda vez. Al no tener respuesta, ella se sintió a punto de explotar—. Escucha, no te voy a preguntar qué soñaste, sólo quiero saber si fue una pesadilla lo que te orilló a asfixiarme o no. Dijimos que seríamos honestos —le recordó con dureza.
Al cabo de un corto tiempo, él suspiró.
—Sí. Fue una pesadilla.
—Entiendo —dijo ella asintiendo con la cabeza, cumpliendo su palabra de no preguntarle más al respecto; aunque en verdad, Luciana quisiera saber qué había visto él en sus sueños para estar disculpándose continuas veces—. ¿Te pasa a menudo?
Tardó el mismo tiempo en responder.
—Sí.
Luciana por poco se sintió muy mal por él. Eso era horrible.
No poder encontrar siquiera paz cuando duermes... era como una tortura divina que no conocía a buenos ni a malos.
Aunque, considerando lo poco que Luciana ya sabía de este hombre, no le sorprendería que lo suyo fuese más bien un lapsus de arrepentimiento sin reconocer por algo malo que había hecho, y su propio subconsciente (o Morfeo, el dios del sueño) lo estuviese castigando.
«¿Seguro tienes muchos pecados por los cuales pagar?» por mucho que quiso, Luciana no preguntó ni hizo algún comentario al respecto—. Y... ¿esas pesadillas tienen algo que ver con el hecho de que me hayas pedido dormir contigo?
Lo más lógico sería que él respondiese que sí. De no hacerlo, ella se rendiría con él y al diablo con el dinero, simplemente se iría. Por su seguridad, y por su propio bien mental.
—Sí.
Luciana tragó saliva, descubriendo que él miraba con atención sus labios. Ella también miró los de él, y se preguntó, ¿cuánto tiempo tardarían en dejarse llevar? Luciana lo sentía, un ambiente sexual estaba formándose entre ellos dos. No sólo lo había visto hace unas horas cuando él se mostró interesado en conocer la cantidad de amantes que ella tuvo, sino en la misma taberna cuando Gateguard de Aries le ofreció dormir con él.
—Ven —le dijo ella suavemente, sin poder detener sus labios y lengua.
Los ojos azules de Gateguard no abandonaron sus labios femeninos, mientras la obedecía. Justo como ella había hecho hace unos instantes, él, ayudándose sólo con las rodillas, se fue acercando una vez más a ella.
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ℭ𝔢𝔯𝔳𝔢𝔷𝔞 ℜ𝔬𝔰𝔞𝔡𝔞 | 🔞
Фанфик『Gateguard x Luciana』Cada noche, Gateguard de Aries visita la misma taberna de Rodorio; ahí, él pide el mismo platillo y el mismo tarro de cerveza, pero de rara vez come o bebe. Luciana, a su edad de 30 años, cree tener sus hormonas bien contenidas...