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Las cosas habían pasado demasiado rápido para su propia compresión.

Pensaba que no había escapatoria, que absolutamente todo iba a romperse en el momento en que Potter decidiera vulnerarlo; sin embargo, allí estaba, el auror estrella arrodillado frente suyo mientras se sostenía de sus manos sin soltarlas.

Habían chocado miradas por unos segundos fugaces, Draco era consciente de que el pánico se desbordaba por sus facciones. Y ello, ese encuentro entre el par de orbes hizo que los ojos verdes de Harry brillaran con horror hasta hacerlo soltar un gruñido.

El auror apretó los ojos y se sujetó a los brazos de Malfoy, cayendo de rodillas frente a él con la cabeza agachada y el entrecejo muy fruncido.

La sangre corría por las venas del mortífago con una cantidad insana de adrenalina en sus vísceras. Trató de no temblar, no hallaba su voz, estaba atónito.

Pero podía notarlo, podía sentir toda la magia contrariada de Potter.

Estaba luchando.

— Harry...

No logró apuntar mucho más, porque el súbito pop lo dejó atónito ante la desaparición de Potter.

Parpadeó varias veces mientras se dejó caer hacia el suelo, arrastrándose por la pared en la que había sido arrinconado. Sus manos estaban temblando, y su mente no lograba salir de la impresión y la idea de que iba a ser violado.

Agarró su cabeza y se concentró en tratar de controlar su respiración. Eso era lo primero que debía hacer o no podría pensar con claridad.
Se concentró en el recuerdo de aquellos ojos verdes llenos de amabilidad. En su sonrisa bonachona, en ese porte desgarbado. En Potter, el Potter verdadero.

Poco a poco su mente se fue aclarando, alejándose del cúmulo de emociones que entorpecían la tarea de pensar con claridad. Pronto se halló con la cabeza apoyada contra la pared mientras volvía a sopesar sus opciones.

Estaba seguro de que se podría crear un antídoto para aquella poción. Todas las pociones pueden anularse con el contraresto adecuado, pero, para lograrlo, necesitaban una muestra de sangre del auror.
Sea como sea, Potter estaba luchando por no dejarse dominar por la oscuridad y aquello lo había puesto en manifiesto al no culminar lo que minutos antes estaba por ejecutar.

No podía dejarlo, no podía culparlo, el león no estaba actuando dentro de sus cabales y aún así trataba de sobrellevar todo ese peso con la fortaleza que nadie más podría tener. Que aterrador suponía el hecho de enfrentarse a un Harry Potter corrompido.

Era una suerte que Narcissa no estuviera en el país y Scorp se mantuviera bajo el cuidado de Granger. Ahorita no tenía realmente el tiempo para estar preocupado por ellos.

—Kreacker.

De inmediato el elfo doméstico se apareció frente a él, con su cara malacarosa pero sus ojos iluminados al verle a él.

— Amo Malfoy.

— Necesito que busques información sobre la poción infernatem y sobre purificación de magia. No me importa en dónde, ni en qué país. Tienes permitido usar todos tus trucos y magia, pero no debes ser visto. Recopila todo lo que puedas de las secciones prohibidas y las bibliotecas ilegales como las del callejón Diagon.

— Sí, amo Malfoy señor.

En un chasquido el elfo desapareció al tiempo que Draco había encontrado el aliento para ponerse de pie nuevamente. No tenía idea a dónde se podría haber ido el auror pero sí sabía que necesitaría ayuda de Grenger ya que no pensaba poner en sobre aviso a Zabini, estaba seguro que se aparecería a penas supiera y quería mantener a Narcissa segura en las tranquilas tierras italianas.

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora