Always / Harco

14

— Malfoy... Malfoy.

Una aterciopelada voz le llamaba de manera un poco incesante.
No quería despertar, estaba descansando plácidamente sin ninguna clase de pesadilla o por lo menos, no una que pudiese recordar. No quería despertar, quería dormir y mataría al que fuese que estuviese molestando su sueño.

—Malfoy, te vas a resfriar. Levántate ahora.

Esa maldita manera tan horrible que tenía Potter de pedirle las cosas. ¿Acaso el héroe mágico no podía quitar ese tono de "Soy el héroe, el maldito mejor auror y te aguantas"?

Draco cayó en cuenta entonces de que Potter le estaba hablando.

Abrió los ojos de golpe, incorporándose a una velocidad vertiginosa que le nubló la visión súbitamente. Sintió unos brazos rodearle para evitar que perdiera el equilibrio y percibió ese característico olor maderoso en su rival; casi que estuvo tentado a suspirar.

— Tampoco te ando pidiendo que te mates.

— Cállate, Potty.

La suave risa del auror llenó de cierta calidez el pecho del rubio - aunque no lo admitiría ni bajó cohesión - mientras sus ojos grises se ubicaban y se acostumbraban a la tenue oscuridad que se interrumpía por las llamaradas de la chimenea.

Potter se veía cansado, pero estaba muy saludable. Sus ojos verdes chispeaban con diversión mientras que una media sonrisa adornaba su quijada cuadrada, la cual tenía algo de barba ya. Contra todo pronóstico, el maldito héroe se veía muy bien, se veía varonil con la misma.

Sus cabellos eran la misma historia, tan desordenados e incontrolables, tan Potter, tan sexys.

— ¿Terminaste de comerme con la mirada o me cambio de ángulo para que me aprecies mejor?

— Eres un cretino de mierda, sólo estaba mareado.

Draco se defendió enseguida, soltándose del auror de golpe mientras se cruzaba de brazos y piernas en el propio sillón mientras la pequeña carcajada de Potter le te taba a su cuerpo a sonrojarse, pero Malfoy se controló.

Potter se sentó a su lado con cierto aplomo, echando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Un profundo suspiro salió de sus labios mientras que Malfoy se obligaba a no voltear a mirarlo.

— No puedo creer cuántas pruebas me han hecho para estar completamente seguros de que soy yo. ¿Acaso no pueden detectar mi aura?

— No puedes culpar a nadie, tu propio auto rescate es increíblemente sospechoso y más porque los Flint están muertos. Así que, dime Potter. ¿Qué pasó en realidad?

Ambos pares de ojos claros se miraron fijamente, sin amedrentarse el uno por el otro.

— ¿Acaso no le crees?

— No, no te creo.

Una sonrisa torcida se dibujó en los labios del auror y Malfoy pudo sentir un tirón en el estómago.

Maldito auror hijo de puta.

— Jamás me han creído nada. ¿Yo era el heredero de Slytherin? No, no lo era. ¿Puse mi nombre en el cáliz de fuego? No, no lo hice. ¿Yo era un mentiroso sobre que Voldemort había vuelto? No, no lo era. ¿Era mentira aquello de que tú entregaste aquel collar maldito? No, tampoco lo era. Y así, puedo presentar un millón de ejemplos, en los que, por muy loco que sea y por más pruebas que hayan en mi contra, yo no estoy mintiendo.

Draco se quedó en silencio por varios segundos mientras procesaba lo que decía Potter. Admitía que el auror tenía un punto muy a su favor, sin embargo, eso sólo los estaba desviando del tema central.